EDITORIAL

Aplicación Tributaria presenta una nueva publicación sobre "Factura Electrónica" de la mano de tres jóvenes autores

La editorial Aplicación tributaria S.A presentó recientemente un libro sobre "Guía Práctica de Factura Electrónica", una interesante obra de tres jóvenes profesionales, Juan Cruz Tonelli, Fernando Rodriguez de Hoz y Carlos Larrondo,que aborda esta temática con el objetivo de dar a entender que la factura electrónica llegó para quedarse y por lo tanto no se debe dejar pasar la oportunidad de llegar a comprenderla.

Mediante una entrevista, los autores nos acercan un pequeño resumen de los puntos más destacados que desarrollan en su libro, destacando que el objetivo principal del mismo fue unificar en un solo texto todas la disposiciones sobre Factura Electrónica, intentando mostrarla de un modo “amigable”.

¿A quiénes va dirigido el nuevo libro sobre Factura electrónica?

Los destinatarios del libro son múltiples, pero por supuesto nuestros principales lectores son los Contadores Públicos, principales asesoresen esta temática.

Pero cabe destacar, que este material también es una herramienta útil para los usuarios directos, es decir para los propios contribuyentes que deseen implementar el régimen, sea porque se encuentren obligados o porque voluntariamente comiencen a emitir Factura Electrónica. Salvo que se trate de grandes empresas, con sistemas sofisticados de gestión, un contribuyente puede adoptar y emplear el sistema personalmente, sin más asistencia que este libro.

Otros sujetos a quienes les resultará práctico contar con este manual son los receptores de comprobantes electrónicos, a fin de puedan llegar a comprender qué documentación están recibiendo, por qué, en qué formatos corresponde que se los extiendan, etc. Por ejemplo, los empleados de áreas administrativas de las empresas y organismos públicos.

Además, creemos que servirá para los funcionarios y agentes de los organismos de aplicación y control en materia recaudatoria, tanto a nivel nacional, provincial y municipal.

Finalmente, también hemos detectado que los estudiantes avanzados de carreras en ciencias económicas tienen necesidad de conocer el tema.

¿Cuáles son los puntos destacados que desarrollan sobre esta temática?

El texto en general está basado en un análisis integral del Régimen de Factura Electrónica.

La idea de escribir el libro surgió a partir de ver que el tema se encontraba tratado en múltiples normas, lo que exigía de parte de quien quisiera adentrarse en él un gran esfuerzo de recopilación, lectura, interpretación, compatibilización, etc. Por ello, la obra unifica en un solo texto todas esas disposiciones, y las muestra de un modo “amigable”, desmenuzando los puntos críticos e incluyendo los comentarios surgidos a partir de la experiencia de los autores.

Para cada sujeto obligado realizamos una caracterización del mismo a fin de determinar con precisión quién debe adoptar el sistema y quién no. Luego nos adentramos en las particularidades de cada caso, definiendo los sistemas que se pueden emplear, los tipos de comprobantes a emitir bajo esta nueva modalidad, la forma de ponerlos a disposición del receptor, etc.

¿Cuáles creen que han sido los objetivos de la implementación de la Factura Electrónica?

Los primeros pasos que dio AFIP en este tema, allá por el año 2001, estuvieron orientados hacia la “despapelización”. Grandes contribuyentes, que emitían volúmenes inmensos de comprobantes (ej.: supermercados, telefonía, electricidad, gas, etc.) demandaban algún mecanismo legal que les permitiera disminuir costos de impresión y de almacenamiento de semejantes cantidades.

Así se comenzó con los duplicados electrónicos, es decir, con la posibilidad de emitir sólo en papel los tickets y facturas originales, mientras que los duplicados se resguardaban en archivos magnéticos. De este modo se redujeron significativamente los gastos de impresión y en grandes depósitos de documentación.

Luego, siguiendo una tendencia mundial incipiente, AFIP comenzó a implementar el original electrónico, con diversos objetivos. Desde luego que el primero fue contar con mayor control fiscal sobre las operaciones comerciales y los sujetos intervinientes en ellas.

Aunque no sólo es eso. También se aspira a que el instrumento redunde en beneficios para ambas partes. Por ejemplo, en la media que esto se extienda, los libros y las Declaraciones Juradas de IVA podrían surgir directamente a partir de los datos contenidos en los comprobantes electrónicos emitidos y recibidos. Esto es algo que en un futuro no muy lejano comenzaremos a ver.

Se generan importantes ahorros en gastos de emisión (tinta, papel, impresoras, talonarios, etc.), almacenamiento y envío al receptor. De nuevo, pensemos en los costos de correo de las empresas de servicios públicos.

Otra ventaja es la mayor seguridad en la identidad de las partes, ya que el sistema chequea los datos de emisor y receptor antes de autorizar la emisión de un comprobante. De este modo se reducen las posibilidades de fraude.

¿Piensan que en un tiempo no muy lejano la facturación electrónica será implementada en forma obligatoria por el fisco?

Hoy en día ya es obligatoria para varias actividades. Y la tendencia fiscal claramente es continuar en esta línea, alcanzando la mayor cantidad de sujetos posibles. Pero más allá de la obligatoriedad, quienes ya han implementado el sistema coinciden en su simplicidad y conveniencia respecto de los métodos tradicionales de facturación. Eso hará que se vaya extendiendo su utilización en forma voluntaria.

¿Qué importancia tienen hoy por hoy los avances tecnológicos en la labor del profesional de Ciencias Económicas?

El rol profesional es uno más de tantos que una persona desarrolla en su vida cotidiana. Y así como ya casi no se concibe que alguien no tenga computadora, celular, internet, etc., para sus actividades personales, tampoco resulta posible cumplir acabadamente la función de asesor contable sin esos instrumentos tecnológicos.

Recordábamos con colegas, que hasta hace pocos años las Declaraciones Juradas de impuestos se hacían a mano, en formularios que había que ir a pedir al “mostrador” de la entonces DGI, y luego presentarlos en ese mismo mostrador haciendo largas colas los días de vencimiento.

Hoy las computadoras, los programas aplicativos y la comunicación virtual han resuelto esas dificultades, con el consiguiente ahorro de tiempo y otros recursos, tanto privados como públicos.

Es natural que los avances tecnológicos se extiendan también a estas áreas, mejorando las posibilidades de cumplimiento fiscal y también las herramientas de control.

Por Ángeles bellomo