"Aspiramos a que antes de fin de año tengamos una Ley de Agricultura Familiar"

El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, aseguró que el Gobierno aspira a "que antes de fin de año, nuestro país tenga una Ley de Agricultura Familiar para consolidar el fomento a sus productores". Fue en la apertura del Congreso "Diálogo global sobre Agricultura Familiar".

El Ministerio de Agricultura señaló que la Argentina ratificó hoy en la agenda internacional su compromiso con el fortalecimiento de la Agricultura Familiar y la valoración de sus productores como agentes centrales del abastecimiento del mercado interno y externo.

Fue durante la primera jornada del Diálogo Gobal que realiza en Roma la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con la participación de más de cien países de todos los continentes. Allí, Carlos Casamiquela dijo durante un panel realizado en la apertura del Congreso “Diálogo global sobre Agricultura Familiar”, en el que señaló que “aspiramos que antes de fin de año, nuestro país tenga una Ley de Agricultura Familiar para dar normativa y consolidar el fomento a sus productores”.

“Argentina consolidó un diseño organizacional del Estado que visibiliza a los agricultores familiares, ya que es el único capaz de garantizar equilibrio e igualdad en nuestras sociedades”, indicó el titular de la cartera agropecuaria. Y agregó: "hay que tener una fuerte política de recursos para la construcción de modelos organizacionales para la Agricultura Familiar".

En Argentina, siendo el 20% del PBI del sector agropecuario nacional, la agricultura familiar representa el 20% de tierras productivas; el 27% del valor de la producción; 30,9 millones de hectáreas totales; el 65% del total de productores y en regiones como el NEA y el NOA, superan el 80%; abarca 250.000 establecimientos productivos; e incluye a 2.000.000 de personas, más del 53% del empleo agropecuario.

Agricultura recordó que este sector cuenta con el Foro Nacional de la Agricultura Familiar (Fonaf), un ámbito de debate y concertación de políticas públicas institucionalizado oficialmente; el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la pequeña Agricultura Familiar (CIPAF), y el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (ReNAF), perteneciente al MAGyP, que considera que forman parte de la agricultura familiar aquellos núcleos de productores agropecuarios que utilicen recursos de origen agrario, sin importar si el destino de esas actividades es la venta, el autoconsumo o el trueque.

Al finalizar la jornada, el Ministro encabezó junto al Director General de la FAO, Graziano Da Silva, la Conferencia Internacional sobre la Agricultura Familiar en Argentina, organizada en la misma FAO por Argentina, en la que ratificó el rol del Estado “como garantía de los desequilibrios socioeconómicos de nuestros países".

Graziano Da Silva destacó de la Argentina "la institucionalidad y el registro de los agricultores”, así como la puesta en marcha de la Mesa de Diálogo Sustentable y del Consejo de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena “con la participación de pequeños productores y agricultores de comunidades originarias”; y rescató también “el debate establecido entre las diversas partes por una nueva ley de semillas” y el trabajo de extensión del INTA.

Ramiro Fresneda, subsecretario de Fortalecimiento Institucional de la Secretaria de Agricultura Familiar afirmó que “perder la tierra es perder la identidad, y en un estado de derecho ya sea en la Argentina, en Latinoamérica y en el mundo, no podemos permitirlo”, al tiempo que remarcó el potencial de la agricultura familiar en la Argentina y el mundo, y los procesos de transformación llevados adelantes desde 2003 a la fecha.

Fresneda hizo hincapié en la instrumentación de políticas públicas diferenciadas para el sector luego que “en los noventa, el neoliberalismo arrasó con 200 mil unidades productivas”, y valoró la puesta en vigencia de la Ley que limita la extranjerización de la tierra y el cuidado de los bosques nativos. “La agenda que viene para la argentina: tenencia de la tierra y saneamiento de títulos”, adelantó el Subsecretario.

A su turno, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Francisco Anglesio, explicó sobre el desarrollo de las maquinarias agrícolas en el país, como la cosechadora de algodón o la cañera, y señaló que “se producen en talleres regionales de la Argentina y se exportan al mundo” Posteriormente, y en el marco de la reunión bilateral que mantuvieron el Ministro y el titular de la FAO, Graziano Da Silva se mostró “sumamente interesado” en los programas relativos alcanzar la soberanía alimentaria mundial y, más precisamente, a Cambio Rural 2 y Pro Huerta. “Argentina y América Latina son ejemplo en materia de políticas para erradicar el hambre”, aseguró Da Silva.

La comitiva argentina está integrada por Claudio Javier Rozencwaig, Embajador Argentino ante FAO, FIDA y PMA; Daniel Bareilles, Asociación de Productores Agroecológicos de Cañuelas; y Marcos Folonier, CAMAF (Cámara de Fabricantes de Maquinaria para la Agricultura Familiar), quienes expusieron durante la Conferencia.

Agricultura Familiar en Argentina

La Cartera Agropecuaria indicó que la Agricultura familiar es un pilar fundamental para el desarrollo de las economías regionales, debido a que este sector colabora en la conservación de las especies y los recursos naturales, genera empleos productivos y motoriza el crecimiento local. Además de sostener el arraigo, son vehículo de transmisión de las culturas y los saberes populares.

Actualmente, los agricultores y agricultoras familiares cuentan con el ámbito de la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación, creada para la defensa y ampliación de sus derechos. A través de este espacio, se llevan adelante políticas públicas para la vinculación con asociaciones campesinas y de pequeños productores, para impulsar las cooperativas; la infraestructura esencial para la agricultura, la innovación tecnológica, el intercambio y la transferencia de conocimientos, pensados para una escala y una producción específicos.

Además, se facilita el ingreso de las unidades a la economía formal; se impulsa la recomposición productiva y generación de Valor Agregado, acortando las distancias entre el productor familiar y el consumidor, con ferias francas y de agricultura familiar, con precios menores y productos más frescos. Genera empleo genuino y son actores estratégicos en la producción diversificada de alimentos frescos para el mercado interno.