Automotrices en jaque por la falta de dólares para importar

La falta de dólares ha colocado a la industria automotriz en una situación crítica. Nuevas suspensiones de personal, faltantes de modelos y aún de entrega de unidades vendidas con el plan oficial Procreauto son la expresión de la tensión en un sector que teme ser golpeado por el impacto de una devaluación. El tema ya provocó ruidos en la relación con el Gobierno nacional, que dice que son “excusas inadmisibles”.

“Desde hace 10 días que el Banco Central no nos entrega ni un dólar para pagar importaciones”, se quejan en el sector. En total, estiman, las compañías tienen una deuda con el exterior de unos US$ 2.500 millones. El miércoles pasado, en la reunión de la cámara del sector, Adefa, el tema volvió a ser debatido enérgicamente.

El jueves, quien lo puso en palabras fue la presidenta de General Motors, Isela Costantini. En el Precoloquio de IDEA, en Rosario, dijo: “Hoy la gran preocupación es por las divisas”. Y añadió que negocian “día a día” con el Gobierno para obtener los dólares para seguir operando.

El gobernador de Córdoba también alertó sobre el tema, pero desde otro enfoque. Dijo que su provincia ya tenía “3.000 suspensiones rotativas”. José Manuel De la Sota expresó lo que ningún empresario quiere decir en público. “Nosotros habíamos lanzado líneas de crédito para alentar el consumo, para que no se nos caiga la demanda y no tener desempleo. Me han notificado que una de las grandes empresas fabricantes de autos de Córdoba (por Fiat) acaba de notificarle al Banco de la Provincia que lamentablemente no va a poder seguir aceptando la línea de crédito que le dimos, que le hizo vender 1.000 autos en dos meses ¿Por qué? Porque va a tener que exportar la totalidad de lo que tiene porque no poseen dólares para importar autopartes”, reveló. ¿Cuál es el problema al que se refirió De la Sota? “En febrero nos daban un millón de dólares por día, luego lo bajaron y en las últimas dos semanas no nos dieron ni un dólar”, explican en una compañía de origen norteamericano. La actividad del sector cayó un 30% respecto al año pasado, lo que redujo en la misma proporción la necesidad de divisas. Pero igualmente el cupo de divisas para pagar al exterior no es suficiente. ¿Cuál es el temor de las empresas? Quedar “descalzados”. “Es que todos estamos tomando una deuda cada vez mayor con nuestros proveedores externos o con nuestra casa matriz, en dólares -explica un ejecutivo del sector. Y ante el temor de una devaluación, eso es preocupante. Cuando el Gobierno devaluó en el verano, pasamos a deber el 20% más. Ahora, con un pasivo externo de unos US$ 2.500 millones, cualquier variación en el tipo de cambio es mucho dinero”. Días atrás trascendió que Renault había suspendido las importaciones de autos terminados. En la compañía lo desmienten, pero reconocen que “quien se compre un Duster o un Sandero, que son importados de Brasil, tendrá que esperar para la entrega, porque están entrando menos”.

“Nadie lo va a reconocer formalmente, pero somos varios los que ya frenamos la importación de autos -explicó un ejecutivo de otra empresa europea. Ni siquiera nos sirve vender con el Procreauto, porque comprometés un vehículo a un precio en pesos, no te dan los dólares para pagarlo, te endeudás en divisas”.

Pero además las empresas son todas multinacionales, y estas ponen topes a la exposición que pueden tener en cada país. En otras palabras, las matrices ponen un techo a cuánto dinero pueden deber las filiales locales a la central, para acotar el riesgo de la economía argentina.

Salvo Toyota, que es superavitaria (exporta más camionetas que los autos que trae del exterior), el resto de las compañías tiene saldos rojos en comercio exterior. Ante la falta de dólares que afecta a la economía, son de las primeras en ser puestas bajo la lupa del Gobierno.

“Llevamos el reclamo al Banco Central hace dos semanas porque sabíamos que a otros sectores les estaban dando dólares para que pagaran al exterior y a nosotros no -dicen los ejecutivos-. No nos dieron ninguna solución”.

Los autopartistas se hicieron eco de la situación. Por ejemplo, la presidenta de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba, Isabel Martínez, dijo que “hay un grave problemas para las importaciones para poder complementar un producto y para luego poder exportarlo. Está muy complicado el tema de las balanzas que les exigen a las pymes y a las automotrices tener las balanzas compensadas”.

Los concesionarios sienten el impacto: reciben mensajes que les generan dudas. Como el que asegura haber escuchado uno de Santa Fe, de una marca americana: que no vendiera más unidades porque no sabían a qué precio se las podían reponer.

Fuente: Despachantes Argentinos