Bachelet promulgó la ley que termina con el sistema electoral binomial impuesto por Pinochet

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, promulgó hoy la ley que pone fin al sistema electoral binominal, impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet, que durante 25 años propició el empate entre los bloques políticos para impedir cambios en democracia y el acceso al Congreso de las minorías, y que la mandataria definió como "un sistema concebido a partir del miedo".

"Hoy es un gran día para la democracia y un día feliz para los ciudadanos de nuestra patria. Hoy hemos dejado atrás la condena del sistema binominal que por tanto tiempo limitó y lastró a nuestra representación política", resumió la mandataria en una ceremonia en Palacio La Moneda, sede del gobierno.

Reseñó Bachelet que se esperó "un cuarto de siglo para este momento, y tras 25 años la patria acaba formalmente con el sistema binominal". "Tras 25 años quitamos el cerrojo que distorsionaba la voluntad y la participación de las personas", destacó.

La mandataria recordó la larga lucha realizada durante los anteriores mandatos de la Concertación, hoy Nueva Mayoría con la inclusión del Partido Comunista, para dejar "atrás un sistema que no reflejaba lo que somos ni tampoco nos permitía definir soberanamente lo que anhelábamos como sociedad".

Sin eufemismos, la gobernante afirmó que el binominal, sistema electoral único en el mundo que le da a la minoría el mismo valor que la mayoría, "era un sistema concebido a partir del miedo, el miedo a la libre determinación de las personas, a la representación plena, a la inclusión, a las mayorías, a la democracia. En definitiva, el miedo a la competencia y a la plena democracia".

A partir de ahora imperará un sistema proporcional que implicará, además, el aumento de 120 a 155 diputados a nivel nacional y de 38 a 50 senadores. La nueva ley comenzará a aplicarse a partir del 2017.

El sistema binominal heredado de la dictadura había perpetuado un "empate artificial" entre los dos principales bloques políticos y excluía a terceras fuerzas, porque en cada distrito o circunscripción se elegían sólo dos candidatos, que se repartían entre la primera mayoría y la fuerza que salía segunda, pero que obtenía igual representación. Salvo en el caso que la primera doblara en votos a la otra, con lo que obtenía los dos cargos en disputa.

Además, el nuevo régimen electoral repartirá en forma proporcional, de acuerdo al sistema D’Hont, las representaciones y disminuirá de 60 a 28 las circunscripciones electorales.

A esto se suma que se establecen cupos impares en varias circunscripciones, lo que impide un escenario de "empate".

Según ha señalado el gobierno, el aumento de parlamentarios busca mejorar la representación en regiones y distritos que se encontraban subrepresentados respecto de su cantidad de habitantes. A modo de ejemplo, los diputados en la región metropolitana aumentan de 32 a 47, y los senadores de 4 a 5.

Este fue uno de los puntos más criticados en la discusión del proyecto por la derechista Alianza, que denunció que el aumento de escaños se producía en zonas donde la Nueva Mayoría tenía una mejor performance electoral. Por esta razón, la coalición recurrió al Tribunal Constitucional, instancia que finalmente desestimó el recurso.

Desde el retorno a la democracia en 1990 los cambios al sistema electoral fueron siempre resistidos por los opositores y conservadores partidos Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI) integrantes de la Alianza.

De hecho la UDI, que fue el sostén político de la dictadura militar, no participó hoy de la ceremonia de promulgación de la nueva ley.

"Esta victoria no se debe a la imposición de un sector sobre otro, sino que obedece al diálogo entre los sectores", enfatizó la presidenta Bachelet.

En este sentido, agradeció el trabajo de todos los parlamentarios en el Congreso y a los ex presidentes.

"Quiero agradecer a los parlamentarios de oposición, que supieron anteponer una necesidad impostergable de nuestra sociedad, de más y mayor democracia", indicó Bachelet.

"Hemos reafirmado la certeza de que nuestro Parlamento debe ser expresión fiel de la nación que hemos construido. Hoy devolvemos a cada ciudadano el poder real de su voto; estamos apostando por el recambio generacional, por la inclusión, por bajar las barreras de entrada para los nuevos liderazgos y para los partidos pequeños", agregó.

Asimismo, destacó la ley de cuotas que asegura la participación de un 40 por ciento de mujeres en la política.

"Estamos haciendo un gesto contundente de equidad de género: no más parlamentos en desequilibrio. Al menos un 40 por ciento de las candidaturas deberán ser femeninas y los partidos que promuevan esas candidaturas recibirán un incentivo extra", dijo la presidenta.

Además, la jefa de Estado aseguró que "tener más parlamentarios no es un triunfo para la burocracia sino que para el pueblo de Chile", y aseguró que los mayores gastos serán financiados por ajustes del propio Congreso.

"Si esta transformación ha sido posible es gracias a que una ciudadanía, aun con desconfianza, quiere cambios y demanda más transparencia, más probidad, horizontalidad y rendición de cuentas", concluyó.

Fuente: Télam