EMPLEOS

Diez mil trabajadores tienen certificado de competencia laboral

Con una importante demanda laboral en determinados sectores de la actividad -hecho que convive de todas formas con una tasa de desempleo que no es la ideal-, la disponibilidad de personas con conocimientos específicos es a veces escasa. Pero más allá de eso se plantea un interrogante: cómo saber quiénes están realmente preparados para desarrollar las tareas en forma correcta, utilizando procedimientos actualizados y seguros.

Entre 2005 y el año pasado, 9600 trabajadores obtuvieron su certificación de competencias laborales, otorgada por una entidad sectorial con el aval de cámaras empresariales y sindicatos, y bajo los lineamientos de un programa que impulsa el Ministerio de Trabajo a través de la Secretaría de Empleo. ¿Qué significa eso? Que, al margen de los títulos del sistema educativo formal que estos trabajadores puedan tener, también cuentan con un documento que da fe de su experiencia y sus conocimientos para un determinado trabajo. Y su aptitud está probada no sólo en lo referido a la tarea propiamente dicha, sino también en cuanto a la adopción de medidas de higiene y seguridad, a la disposición para el trabajo en equipo y a todos los aspectos que se consideren necesarios para cada oficio en particular.

En el período citado se elaboraron las normas que permiten evaluar a los trabajadores en 180 oficios de casi treinta sectores. Participan, por ejemplo, las actividades gráfica, repostera; las industrias alimentaria, metalúrgica, automotriz, del calzado y petrolera; el turismo, la construcción y la energía.

Los oficios necesarios

Según explicó Susana Barasatian, directora Nacional de Orientación y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo, uno de los desafíos del plan es ir definiendo "qué son en la actualidad los oficios". Los convenios colectivos, recordó, tienen en muchos casos enumeraciones desactualizadas, porque en gran medida las categorías de trabajadores no se discuten desde los años 70. "En el gremio de gráficos, por ejemplo, el convenio tiene 477 categorías, pero hoy por hoy hay 60 oficios", ejemplificó.

La evaluación para otorgar el cerficado de competencias se realiza en una o dos jornadas de trabajo a personas que tienen al menos 6 meses de experiencia en el oficio. En algunos casos es a pedido de las empresas y en otros, de los propios interesados.

Hasta 2007 se evaluó a 12.000 personas y el 80% obtuvo la certificación. A junio de este año se proyecta que la cantidad de evaluados llegue a 17.160. ¿Qué sucede con quienes no logran el objetivo? "Los resultados de la evaluación disparan necesidades de formación", explicó Mónica Sladogna, directora de Fortalecimiento Institucional de la cartera laboral. A quienes no llegan a certificar se los orienta para que se capaciten en los aspectos en los que se los vio más flojos.

El desarrollo de normas para definir bajo qué condiciones se certifica a alguien en un oficio, también sirve para diseñar planes de formación para desocupados, y tender así a disminuir la brecha entre la demanda laboral y el universo de desocupados. Para este año, por ejemplo, está previsto que 21.000 personas reciban formación basada en competencias. En esos casos, los beneficiarios reciben un certificado del curso hecho.

La certificación se otorga por un determinado plazo, variable según la actividad. En la construcción, la vigencia es de 5 años, según comentó Raúl Massarini, gerente ejecutivo del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), la entidad que emite los certificados para ese sector. Según Massarini, en 2007 se evaluó a 1000 trabajadores y algo más del 80% obtuvo la certificación.

Quienes con más frecuencia pasaron por el proceso, según contó Fernando Paoleti, jefe del Departamento de Certificación de Competencias del Ieric, fueron los albañiles, los ayudantes de albañil, los armadores y dobladores de hierro, los instaladores de sanitarios, los electricistas y los soldadores de alta presión, entre otros.

Silvia Elías, consultora del sindicato de pasteleros y de otros gremios, afirmó que el sistema no tiene que ver con la aplicación de premios y castigos, sino que se busca "reconocer los saberes de las personas para ver si un trabajador es lo que dice ser" en función de parámetros predefinidos. Elías comentó que, antes de someter a los trabajadores a la observación, se les da un material de lectura. "Son los mismos trabajadores los que necesitan saber dónde y qué aprender", agregó.

En algunas actividades se ve claramente una necesidad de los empleadores. Ariel Guerrieri, directivo de la Sociedad Rural Argentina, recordó que en las economías regionales hay demandas laborales no satisfechas. "Ocurre mucho en el caso de cultivos no tradicionales", explicó. Las cuatro entidades del sector agropecuario y el sindicato de trabajadores rurales adhirieron al plan de competencias laborales.

Barasatian afirmó que se intentará sumar a más sectores al plan. "Hay actividades que tienen un problema de envejecimiento: las personas calificadas se jubilan y no hay trasmisión de conocimientos; un ejemplo es la industria del vidrio soplado", especificó. (LA NACIÓN)