Economista opina que ya hay señales positivas para la transición al 2016

La reducción de la brecha cambiaria de las últimas semanas, junto con la mejora en los indicadores de Confianza del Consumidor que publica la Universidad Di Tella, forman parte de las señales positivas para la transición de cara a un nuevo gobierno, señaló un estudio privado.

El investigador jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, Jorge Vasconcelos así opinó y también sumó el reciente anuncio de Nissan de una inversión de 600 millones de dólares para producir una pick-up en la planta de Renault en Santa Isabel (Córdoba).

"Ayuda a defender la idea de que, bajo ciertas condiciones, la Argentina puede recuperar competitividad", dijo.

Sostuvo que "en el plano externo, si bien el escenario de dólar fuerte y menores precios de las materias primas no ha cambiado, ya es bastante seguro que la suba de tasas de Estados Unidos será gradual, a lo largo de varios años".

"Esto tiene varias aristas, menos negativas para las prioridades de la Argentina en 2016, tanto en términos de financiamiento, de lo que puede esperarse de Brasil y también del costo de la energía importada y su impacto en la previsible suba de tarifas de gas y electricidad", precisó.

Desde setiembre del año pasado, el Indice de Confianza del Consumidor medido por la Universidad Di Tella "viene mejorando en forma sostenida, pero con una notable disparidad en los sub-indices: el último publicado refleja una mejora de 24 % interanual en la situación personal , pero de nada menos que un 85 % para la expectativa a un año".

"Del mismo modo puede leerse el achicamiento de la brecha entre el dólar blue y el oficial. Este fenómeno es atribuido a la magnitud que ha alcanzado la operatoria del dólar ahorro, que se traduce en un aumento de la oferta en el segmento informal", manifestó.

Vasconcelos evaluó que "si bien esto influye en cualquier mercado, los precios también reflejan expectativas. Por eso, un determinante clave del aquietamiento de la brecha es el creciente consenso alrededor de un tipo de cambio de entre 15 y 16 pesos por dólar para 2016".

Para el especialista, la novedad es que comienza a alejarse el riesgo de un "escenario 2002", cuando el precio del dólar llegó a entre 22 y 23 pesos medido a poder adquisitivo de hoy (28 pesos a precios de 2016).

"Lo que dicen los mercados en estos días es que la devaluación esperada del peso será mucho menos traumática que la de la salida de la convertibilidad", consideró.

Explicó que "de todos modos, éste es sólo uno de los escenarios posibles, el más benigno, sin que puedan desecharse otros más complejos. ¨Que pasaría, por ejemplo, si el próximo gobierno se enfrentara a un Congreso dominado por una oposición obstruccionista?"

La brecha cambiaria actual parece descontar un rápido arreglo con los "fondos buitre" a principios de 2016 y la posibilidad que Argentina salga a tomar fondos frescos a un costo inferior al 7,5 % anual en dólares, "aprovechando la ventana abierta por el gradualismo de la Reserva Federal".

"También hay menos dramatismo con el tema tarifas. Con el petróleo a más de 100 dólares por barril, llevar las facturas de gas y electricidad a los niveles de 2001 hubiera implicado multiplicarlas por 15 (orden de magnitud)", sostuvo.

Ahora, un primer alivio lo da el precio del barril a la mitad, aunque esto conlleva un severo desafío de productividad para que Vaca Muerta pueda llegar a ser la solución energética del país.

Pero además, analizó que se observa mayor consenso político en torno a mecanismos para que las nuevas inversiones en redes y en distribución de energía se financien no sólo con lo recaudado por la tarifa sino también con fondos públicos.

"Si bien se corren riesgos en términos de transparencia, lo cierto es que disolver los cuellos de botella existentes tendrá una fuerte rentabilidad social, que es la situación típica en la que la inversión estatal tiene mayor justificación", aclaró.

Fuente: NA