El BCE mantuvo su política monetaria y pidió paciencia

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo este jueves sin cambios sus principales tasas de interés así como como su programa masivo de compra de deuda y pidió paciencia a los mercados, que esperan un cambio de rumbo monetario.

Como se esperaba, el instituto emisor con sede en Fráncfort mantuvo en cero -en su mínimo histórico desde marzo de 2016- su tasa de interés principal, de referencia para el crédito en la zona euro,

La tasa de préstamo marginal permanece por su parte en el 0,25% y la tasa de depósitos en el -0,4%, anunció una portavoz tras la reunión del consejo de gobernadores.

Poco después del anuncio, el presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, volvió a reafirmar que la inflación no ha alcanzado el nivel que quiere la institución y que por tanto hay que tener "paciencia" y ser "prudentes" antes de aplicar cualquier cambio en la política monetaria actual, como esperan muchos inversores.

"La inflación no está al nivel al que queremos que esté, allí donde debería estar", dijo en una rueda de prensa tras el consejo de gobernadores.

El BCE decidió mantener su amplio programa de compra de deuda a un ritmo de 60.000 millones de euros mensuales aunque se reserva la posibilidad de aumentarlo en cantidad o en duración en caso de necesidad.

El programa, llamado QE, arrancó en 2015 con la compra de 80.000 millones de deuda mensuales y terminará este año. Ahora los inversores están muy atentos a los futuros movimientos del BCE para saber cuándo la institución empezará a reducirlo.

"Tenemos que ser perseverantes, pacientes y prudentes", repitió en varias ocasiones. El objetivo era evitar nuevas turbulencias en los mercados sobre un posible cambio de rumbo, como pasó en junio.

Draghi provocó entonces una pequeña tormenta financiera cuando dijo confiar en el aumento de la inflación, unas palabras que los mercados interpretaron como el principio del fin de este programa de compra de deuda.

Pero el BCE "no parece tener prisa" para poner fin a esta política excepcional, indica Carsten Brzeski, economista jefe de ING-diba.

Con una inflación que en junio fue del 1,3%, el BCE está lejos de su objetivo de estabilidad de precios, situado a un poco menos del 2%, un nivel que considera óptimo para la estabilidad de la economía.

En este sentido los gobernadores del BCE aseguraron que de momento "todavía es necesario un nivel muy importante de política monetaria acomodaticia", mientras que Mario Draghi afirmó que la salida del programa QE no está en el orden del día.

La principal misión de la institución europea es ahora alcanzar esta cifra. "Sigue habiendo dudas sobre la capacidad de la recuperación económica en la zona euro para que por sí sola logre alentar un aumento de precios, sin el apoyo del BCE", dijo Kristian Tödtmann, del banco Deka.

"Por eso, el BCE deberá normalizar su política monetaria de manera muy prudente", añade el economista.

La mayoría de economistas esperan ahora la reunión de septiembre de la institución para tener más datos sobre las intenciones concretas sobre el programa QE.

Sin embargo, no se espera ningún cambio en las principales tasas de interés, históricamente bajas. El BCE ya dijo que el cambio en las condiciones del crédito (es decir, el aumento de las tasas) no llegarán hasta mucho después que haya terminado el programa de compra de deuda.

Fuente: Ambito