ECONOMÍA

En los últimos ocho años, el empleo juvenil aumentó un 86 por ciento

Desde 2003 a esta parte se crearon 843 mil puestos registrados para jóvenes de entre 18 y 24 años. En el período el desempleo bajó desde el 36 al 18%, un nivel que, todavía, está por encima del promedio del 7,3 por ciento.

A diferencia de lo que está ocurriendo en Estados Unidos y Europa, el empleo juvenil registrado fue el que más creció en los últimos ocho años en la Argentina. Entre el tercer trimestre de 2003 y el mismo período de 2011 el empleo total creció un 59% y el de jóvenes de entre 18 y 24 años, un 86 por ciento. El incremento de empleos en ese segmento etario fue de 843 mil puestos de trabajo. Así, el desempleo juvenil cayó del 35,9% en 2003 al 17,8% en 2011, un nivel que igualmente continúa siendo elevado, sobre todo en comparación con la tasa de desempleo general, que se encuentra en 7,3 por ciento. En la Unión Europea el promedio de desempleo juvenil alcanzó el 28,5%; en los Estados Unidos, el 26,2 por ciento.

La dinámica de mejora de los últimos años es central para los jóvenes, dado que quiebra la lógica de exclusión laboral y social que predominó en especial en la década de 1990, cuando un porcentaje creciente de trabajadores estaba obligado a permanecer por largo tiempo en inserciones precarias, caracterizadas por una elevada inestabilidad, bajos ingresos y desprovistas de beneficios laborales.

“A partir de 2003, la política de empleo se dirigió principalmente a los grupos de población más vulnerables en materia de empleo. Justamente, en el reconocimiento de que los jóvenes constituyen un colectivo con mayores dificultades para la inserción laboral de calidad, es que la política de empleo los considera prioritarios en sus intervenciones”, señaló el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, a Tiempo Argentino.

De acuerdo con un informe de la OIT sobre las tendencias del empleo juvenil en el mundo, la probabilidad de estar desempleado es 3,5 veces mayor para los jóvenes que para los adultos. Debido a esta y otras circunstancias, el número de jóvenes desempleados a nivel mundial aumentó en forma sostenida en los últimos diez años, hasta alcanzar a cerca de la mitad del desempleo total. En países desarrollados, con amplios sistemas de protección social, como Suecia, Francia, Bélgica e Italia, la tasa de desempleo de los jóvenes rondaba el 20 por ciento antes de la irrupción de la última crisis financiera internacional. A fines de 2010 ya superaba el 28 por ciento. Según un estudio de la cartera a cargo de Carlos Tomada, en 2003 el desempleo para los varones menores de 24 años alcanzaba el 23,7 por ciento; en la actualidad cayó al 15%, una baja de casi 9 puntos porcentuales. En el caso de las mujeres jóvenes, hace ocho años soportaban una desocupación del 37%; ahora cayó al 21%, 16 puntos menos. El mismo informe señala que entre el segundo trimestre de 2003 y el mismo período de 2011, el desempleo total cayó del 17,9% al 7,3%: 10,6 puntos porcentuales. En este caso, se compara con los menores de 24 años, el segmento etario al que más le suele costar conseguir un puesto. En el mismo período, el desempleo entre estos jóvenes cayó del 35,9% al 18%, una baja de 18 puntos.

El mercado de trabajo siempre ha sido menos permeable a los jóvenes que a los adultos. Además, esta situación se deterioró marcadamente durante la década del noventa, con la aplicación de las políticas orientadas al libre mercado. El conjunto de políticas implementadas desde 2003, el único enfoque que en los últimos 30 años ha provocado un cambio positivo en las condiciones laborales de los jóvenes, produjo como resultado la incorporación masiva de jóvenes al empleo asalariado registrado; es decir, a un empleo productivo, protegido y cubierto por el sistema de seguridad social. Según la información que surge de la cartera laboral, entre 2003 y 2011 más de 840 mil nuevos puestos de trabajo registrados fueron ocupados por personas de hasta 24 años. Esto significa que el trabajo formal orientado a la población joven creció un 86% durante el período analizado, incremento muy significativo si se lo compara con el aumento del empleo registrado asalariado total, que fue del 59 por ciento. El segundo segmento en el que más creció el empleo en el período citado fue el de las personas de entre 30 y 45 años: un 71 por ciento. La ocupación entre los argentinos de entre 46 y 55 años se elevó en un 53 por ciento. Y la de más de 55 años, un 2 por ciento.

El fuerte incremento de la demanda laboral de los más jóvenes derivó en una mejora las condiciones de trabajo de esta franja etaria. El trabajo asalariado registrado creció un 122% en los últimos ocho años: pasó de 454 mil empleados en el segundo trimestre de 2003 a 1.010.000 en el mismo trimestre del año en curso. En ese período el empleo asalariado total subió de 4.200.000 en 2003 a 7.100.000 en la actualidad, una suba del 66 por ciento. La buena performance de la situación laboral de los jóvenes se mantiene actualmente: en los últimos 12 meses el empleo juvenil registrado se incrementó en un 10 por ciento.

Fuente: Tiempo Argentino