"Internet todavía es un medio neutral" puntualizó el sociólogo Derrick de Kerckhove

Mientras camina hacia el restaurante porteño en el que hará la entrevista, a Derrick de Kerckhove se le acerca una joven estudiante de comunicación que acaba de llegar de Salta. "Yo soy la que le mandó el e-mail por el proyecto de tesis", le dice. De Kerckhove la mira atento. "El hipertexto como extensión de la mente", insiste ella. Y él, que reconoce la frase, invita a la joven a sumarse a la charla con Ñ. Sin dudas, sus ideas sobre el impacto de la tecnología en la cultura y en la percepción hacen escuela al igual que lo hizo su maestro, Marshall McLuhan, que prenunció estos encuentros fortuitos de "aldea global" hace casi 50 años. El tiempo pasa y este profesor de letras, especialista en medios y tecnología, se sigue llamando discípulo. "Continúo trabajando en la misma dirección que McLuhan, no voy a decir que entiendo todo, pero sus enseñanzas me guían en la investigación del impacto de los medios en el lenguaje", dice. Invitado por el INADI y la embajada de Canadá, recorrió el país dictando charlas sobre inclusión digital. Los nuevos procesos cognitivos, el papel de los medios y la red electrónica de comunicaciones como un sistema nervioso fueron algunos de los tópicos que usó para actualizar sus teorías. "El principio de la hipertextualidad permite tratar a la Red como la extensión de los contenidos de la mente", dijo para gusto de la estudiante salteña y dio pie al inicio de la entrevista.

-¿Le resulta útil seguir el pensamiento de McLuhan para abordar temas que están sujetos a cambios permanentes?

 "El medio es el mensaje" es una orientación muy poderosa. Aunque pobremente entendida por la mayoría, envuelve una gran cantidad de evidencia sobre el impacto de los medios, la televisión e Internet. Encuentro muy inspirador continuar con su línea de estudios, y creo en la idea de la extensión del sistema nervioso, de la externalización de la conciencia, de la globalización de la sensibilidad, de un medio ambiente hipertextual. Marshall nunca quiso hablar de cosas que él no había observado, aunque predijo Internet, él era experto en televisión. Y si tú tienes a alguien con esa cabeza, con esa orientación investigativa hacia la tecnología, necesitas ese punto de vista para aplicar a los medios que vienen. Sirve para analizar cosas nuevas.

-¿Es un exceso de humildad?

 Yo no creo haber inventado nada, simplemente he aplicado algunas de las ideas de McLuhan a nuestro entorno actual. Creo que solo tengo el 10 % de su mente, y eso me alcanza. (Se ríe).

-Pero su visión sobre el futuro de nuestras sociedades y por ende de los medios es mucho más esperanzadora, ¿por qué?

 Tiene que ser así. Es una actitud políticamente necesaria. A lo largo de la historia, cada nuevo medio trajo una revolución para nuestra sensibilidad. Y hubo desastres durante la transición entre un período y otro. Entre el mundo oral y la cultura letrada, por ejemplo, creando las guerras religiosas, la peor consecuencia de la innovación para la lengua. La radio favoreció dictaduras y la televisión mercados gigantescos... Estos efectos mediáticos serían impensables ahora, hemos dado fin a las guerras mundiales. Como dice Paul Virilio, ahora somos todos víctimas de una guerra civil global. Significa que todos estamos en un mismo espacio. Tengo esperanza, hemos pasado lo peor. Es imposible otra inquisición como la española.

-¿En qué apoya esa certeza?

 Estamos construyendo mejores cosas, un mejor ambiente, aunque ahora estemos en crisis. Nuestro mayor desafío hoy es superar los problemas ambientales, el daño al medio ambiente, y ese es un problema global, pero tengo esperanza en resolverlo. Veo un gran cambio en nuestros corazones, y sé que puedo sonar como un soñador, pero no soy de la New Age. Abrimos un mejor camino.

-¿Y qué tiene que ver la tecnología en esta modificación positiva de nuestras sociedades?

 Estamos creando una sociedad de confianza, para compartir. Creative Commons, una organización no gubernamental sin ánimo de lucro que desarrolla planes para ayudar a reducir las barreras legales de la creatividad, es un excelente ejemplo de cómo compartimos propiedad y conocimiento intelectual. No puedo garantizar nada, pero el pensamiento tiene cada vez más efecto sobre la realidad. Nuestra relación "mente- pantalla" es cada vez más íntima. Y lo que proyectamos y decimos involucra a más gente y se hace cada vez más rápido y fácil. Vamos a empezar a pensar juntos. Vamos a estar online, incluso, rezando juntos. Distribuyendo poder de la manera que Internet lo está haciendo hoy, hacemos que una guerra masiva sea menos probable. Necesitamos una inteligencia y una sensibilidad colectiva. Tengo que ser yo, estar conectado y ser parte del todo. Necesitamos estos tres estadios mentales.

-¿Tiene que ver con el fortalecimiento de las audiencias?

 En parte sí. Se han vuelto más fuertes ahora. Son más rápidas y enfocadas. Basta recordar la reunión de la WTO (Organización Mundial de Comercio) en Vancouver, resistida por activistas organizados, que luego hicieron lo mismo en Porto Alegre o en Davos. Se conectaron y actuaron. Internet tiene un altísimo impacto a la hora de movilizar gente para actuar en distintos escenarios frente a diversos problemas.

-Pero no es un poder real. Es reciente el caso de Filadelfia, donde las compañías telefónicas le impidieron al gobernador que ofreciera wi fi libre. ¿Qué poder tuvo la audiencia?

 Fue horrible. No hubo nada que se pudiera hacer en contra. Se hubiera necesitado otra revolución. O tal vez esa revolución ya esté sucediendo. En el futuro, con las herramientas tecnológicas y la posibilidad de pensar colectivamente, la gente tendrá que tomar cartas en el asunto y decir "ok, ¿dónde entramos nosotros aquí?". Estamos viendo frustrado nuestro derecho a comunicarnos, por el cual pagamos impuestos.

-¿Hay que legislar con más rapidez, al compás de los cambios que introduce la tecnología?

 Sí, pero algunos lo están haciendo de manera contraria. Cuando digo que las compañías secuestran a la población, o que los Gobiernos secuestran los derechos de la población, lo que sucede actualmente en Italia, por ejemplo. Berlusconi ha tomado el gobierno como si fuera una compañía privada, como una extensión de sus medios, y él defiende ese mercado con leyes que el mismo crea.

-¿Este pensar y actuar colectivo atado a Internet, podrá cambiar el rumbo de estos procesos?

 El fenómeno de maduración de las audiencias debería permitirlo. Ahora estamos en el momento en el que las compañías privadas controlan nuestros sistemas de comunicación. Internet todavía es un medio neutral, pero decir esto es meramente simbólico. Internet no es más neutral que Facebook. Sólo podemos lograr ciertas cosas si conseguimos que nuestras comunicaciones circulen por un medio neutral. Si no, le daremos la razón a George Orwell, en cuya su novela 1984, un Gran Hermano ubicuo y todopoderoso vigila sin descanso a la sociedad.