La demanda eléctrica industrial cayó 9,1% en enero

La estrepitosa caída de la actividad industrial no encuentra piso: la demanda eléctrica del sector, tal como publicó Cammesa, mostró en enero una contracción de 9,1% contra el mismo mes del 2018. Diciembre había cerrado, tal como publicó el Indec, con un desplome de 14,7% en la producción fabril. El de la demanda eléctrica de las grandes industrias y comercios es el primer dato referente a la continuidad del sector más golpeado por la coyuntura económica de ajuste fiscal y monetario y que también es clave en la generación de empleo.

La industria completó un pésimo 2018 y un trienio 2016-2017-2018 con la peor contracción acumulada desde la salida de la convertibilidad. El dato de diciembre de Cammesa había adelantado que la demanda de electricidad de las grandes industrias y comercios había caído 9,8% contra el mismo mes del 2017, mientras que la de los pequeños había caído 8,5% (esta vez ese dato no fue publicado).

La economista Agustina Gallardo explicó la relevancia de la información publicada por Cammesa para enero: "Los datos de consumo de energía ofrecen un buen proxy de la actividad, a menos que observemos transformaciones de largo aliento en las que puedan operar cambios en la matriz energética, que no es el caso. El grueso de estas caídas correlaciona directamente con la baja de la actividad".

"Cuando cae el consumo energético de la industria, cae la producción, no hay mucha vuelta que darle, este es casi el mejor proxy de actividad", coincidió el economista Haroldo Montagu.

Visto desde la demanda, el pésimo desempeño de la industria resulta fácil de explicar. La devaluación generada por la crisis cambiaria disparó la inflación y contrajo, fiel a su costumbre, los salarios y jubilaciones reales, lo que pegó con fuerza en el consumo, el principal componente de la mencionada demanda agregada. Las exportaciones, que representan apenas el 20% del PBI, no empujaron lo suficiente. Y el ajuste fiscal generó una fuerte contracción en la obra pública, que es una buena demandante de manufacturas.

El economista Mariano De Miguel agregó que las que más sufren son las pymes: "El drama de las pymes es que tienen los problemas estructurales, pero agudizados, y que le sumaste recesión, aumento de costos y caída de las ventas. Las pymes básicamente tienen como fuentes de financiamiento los recursos propios, lesionados por esos ingresos que caen y costos que suben, o recursos de terceros, es decir el crédito, que hoy es prohibitivo. La ecuación no cierra". Por eso se achican y el uso de su capacidad instalada llegó a 56,6% en diciembre.

Fuente: BAE Negocios