NEGOCIOS

La venta de vinilos ya mueve $ 45 millones en la Argentina

Bastardeados y hasta denigrados por la propia industria discográfica, los viejos LP desaparecieron casi en forma inmediata del mundo de la música a comienzos de la década del 90. Por ese entonces el CD era quien comenzaba a copar el negocio, y era presentado como todo lo contrario a los vinilos; se lo promocionaba como más resistente, de mejor calidad, y hasta más barato y transportable que su antecesor.

Para la industria significada la manera ideal de volver a vender buena parte de las colecciones comercializadas en otras épocas, pero ahora en otro formato.

Hoy, los discos compactos son los que sufren los embates de las nuevas tecnologías a nivel mundial. Los formatos en mp3 y los servicios para escuchar música online derribaron en todo el mundo la venta física de discos, y los que resurgen con sed de venganza son los viejos vinilos.

Si bien en la Argentina no existen números oficiales respecto del monto que mueve la venta de discos en este formato, los especialistas coinciden en que se trata de un mercado que crece año tras año, y que ya moviliza cerca de 45 millones de pesos. Además, dicen que durante los últimos cinco años “el mercado se triplicó”.

Incluso, según datos de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif), la venta de vinilos nuevos representó un 0,2% en 2011 y trepó al 1% en 2012, mientras se esperan las cifras de 2013.

“Hoy el vinilo capta la atención de un público muy amplio, que encuentra en este formato una forma diferente de disfrutar de la música. Se pueden ver incluso compradores de no demasiado más que 20 años, pese a que se trata de un producto para el que se precisa cierto poder adquisitivo”, sostuvo Mikel Barsa, titular de la empresa Star Events, la primera en realizar una feria de vinilos en la Argentina (en 2009), y que todos los años repite la experiencia en dos oportunidades en el Centro Cultural Borges.

Las cifras divulgadas por Capif, de todos modos, no reflejan la realidad del mercado argentino. Contempla apenas las unidades nuevas que se venden, que en el país tienen cada vez menos preponderancia.

“El 90% de lo que se mueve en la Argentina es usado, sobre todo en lo que tiene que ver con los coleccionistas, que buscan cosas muy específicas. El tema de la mercadería nueva es cada vez más complejo”, especificó Juan José Rodríguez Molas, de la productora MTS y organizador de la feria que este sábado se desarrollará en The Roxy, de Palermo.

La devaluación del peso y las complicaciones impuestas por el Gobierno argentino para importar, lleva a que la situación del mercado de los vinilos nuevo sea cada vez más ajustada, y los ingresos se dan a cuenta gotas. Incluso, los precios en la Argentina para los LPs nuevos pueden incluso duplicar los que se ofrecen en otras partes del mundo, donde se editan buena parte de los trabajos nuevos de los artistas, e incluso donde desde hace tiempo proliferan las reediciones de varias obras maestras de la música. Y si se comparan las cifras locales con las mundiales, el resultado es insignificante. El mercado global vendió en 2013 cerca de 6.000 millones de unidades.

El fuerte del negocio se da hoy entre coleccionistas privados que venden sus ejemplares en estas ferias, o a través de pequeños locales e Internet.

Los músicos –y las discográficas–, mientras tanto, toman nota de este escenario y aprovechan para darse el gusto de editar sus discos en vinilo. Sony, por ejemplo, lanzará este año una serie de 17 reediciones de clásicos nacionales como “Divididos por la felicidad”, de Sumo y “Superficies de placer”, de Virus.

Y bandas muy difundidas como Catupecu Machu, Miranda!, y otras no tanto, como El mató a un policía motorizado, también lanzaron ediciones en vinilo.

El gran inconveniente en este sentido es que en el país desde que arrancó la década del 90 no se fabrican más LPs. Entonces, la opción es hacerlo vía Brasil, o si se opta por algo de mejor calidad llegar a los Estados Unidos o algún país de Europa.

“Polygram y Sony fueron los últimos que fabricaron en la Argentina. Luego hubo algún interés de personas por ver qué se podía hacer acá, pero no se avanzó demasiado”, comentó Molas.

Fuente: Cronista.com