Sindicato del calzado denunció la pérdida de 9.000 empleos

El sector industrial del calzado es uno de los núcleos duros que refractan la crisis económica y social con mayor potencia. Agustín Amicone, titular de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (UTICRA), refrendó que la pérdida de puestos de labor en esa área llego a 9.000 empleos desde 2015 a la fecha.

“Para marcar la situación que padecemos hay que decir que en el mejor de los casos, que no abundan, nuestra actividad está absolutamente planchada”, le dijo el dirigente sindical a BAE Negocios. Hasta 2018 la corrosión de empleo alcanzaba en esa área a 6.000 puestos, es decir en un año sumaron 3.000 cesantías, según estimaron desde la organización sindical.

Días después de la marcha del 4A, que se concretó en defensa de la producción fabril nacional desde el Frente Sindical, la Corriente Federal y con el aval de la CGT, Amicone lamentó que los efectos de la apertura de importaciones que abarca productos terminados y otras partes, como la crisis pyme que no han tenido una mínima pausa en cuatro años, “revelan que nuestra actividad, los textiles y la industria de la indumentaria son los polos más graves que ofrece este panorama dantesco”.

La ausencia de un plan industrial en el cuarto año de la gestión Cambiemos no deja margen para expectativa alguna, como tampoco las variables económicas, el desempleo y el incremento del gasto social, que Amicone recordó se triplicó de 2015 a la fecha. El poder de compra de la población en caída libre, inflación, los registros negativos de reinserción laboral que verifican quienes buscan un trabajo, tras haber sido despedidos, confluyen en una severa crisis, “de la que costará muchísimo salir o al menos tomar un respiro”, le graficó Amicone a este diario.

Tampoco revelaron algún efecto paleativo, la decisión gubernamental de no cobrar impuestos sobre sueldos menores a $17.000, y bajar aranceles de exportación del 35 al 15% “consideramos que no se entiende que los dos principales problemas están claritos en cuanto la caída del consumo y la apertura de importaciones”, señaló.

El contraste que se aprecia en la situación argentina y la de naciones que protegen sus actividades fabriles, es indiscutible tanto para dirigentes sindicales como para los empresarios del cuero y calzados. En cuanto foro de opinión acceden plantean que “el pretendido regreso al mundo que prometió el Gobierno no se comprueba en la desprotección que sufren desde hace años actividades que generan trabajo en forma directa e indirecta como todo lo referido a indumentaria y calzados”.

Fuente: Diario BAE