Suiza envió a Brasil pruebas contra el presidente de la Cámara de Diputados

Suiza envió a Brasil pruebas de que el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, tenía cuentas no declaradas en aquel país, a nombre suyo y de familiares directos, según informó ayer el Ministerio Público Federal con base en una investigación de su par suizo.

Los valores de las cuentas fueron bloqueados y existen indicios de que el dinero sería producto del pago de sobornos a Cunha, relacionado con el esquema de corrupción en Petrobras, investigado en la operación Lava Jato.

Tras confirmar que Cunha era el titular de las cuentas bancarias, el Ministerio Público suizo envió a Brasil los datos sobre el caso, que permitirán a la Fiscalía General de la República investigar y procesar al diputado por corrupción pasiva. La transferencia del caso a Brasil se produjo para que las investigaciones puedan tener continuidad, ya que, al ser nacido en Brasil, Cunha no podría ser extraditado a Suiza.

Por lo menos tres detenidos por el caso Lava Jato –que investiga un esquema de pago de sobornos en la estatal Petrobras, que benefició a políticos y a empresarios– mencionaron a Cunha como uno de los beneficiarios del esquema ilegal. Cunha asegura que no conoce a ninguno de los testigos que lo acusan, y en varias oportunidades se consideró víctima de acoso judicial por órdenes de la presidenta Dilma Rousseff.

Según admitió la propia Petrobras en sus balances, la red de corrupción operó al menos entre 2004 y 2014, período en que se desviaron de forma ilegal unos 2.000 millones de dólares.

Cunha es, en este momento, uno de los principales líderes de la oposición a la mandataria y pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), cuyos votos en el Parlamento serían decisivos para un eventual proceso de impeachment de la presidenta.

Sin comentar las acusaciones, Cunha suspendió un viaje a Europa que tenía previsto iniciar ayer.

Lula quiere adelantar el anuncio de su candidatura

El ex mandatario de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, aspira a rescatar la moral y la convocatoria de su Partido de los Trabajadores, afectada por la crisis económica y política que complican al gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff.

Con las elecciones municipales fijadas para 2016, fuentes de su entorno aseguran que Lula podría anunciar su deseo de una nueva postulación a la presidencia, y viajar por el país “vendiendo esperanza”.

Hace un mes, el ex mandatario aseguró que “si llega a ser necesario, iré a la disputa”. La decisión está siendo analizada en su círculo íntimo: algunos estiman que la movida lo haría un blanco aún más fácil de la prensa y la oposición, que lo señalan como supuesto gestor de las políticas económicas que dieron lugar a la crisis actual.

Fuente: Diario BAE