El Gobierno haría retoques a las retenciones

La cita de hoy entre el Gobierno y el campo tiene aires de definitoria: si no hay más anuncios, los productores podrían volcarse nuevamente a las rutas. Pero anoche el Gobierno evaluaba anoche ese escenario y discutía un plan de su ala más moderada para reducir las retenciones agrícolas, el principal reclamo de la Mesa de Enlace. Al cierre de esta edición, en Olivos se repetía la vieja discusión entre halcones y palomas.

Varias fuentes confirmaron a Clarín la existencia de un proyecto oficial para reducir las retenciones. Algunas de ellas daban por segura la rebaja del tributo para el maíz y el trigo, posiblemente hasta 0%. Otras incorporaban también a la soja en el paquete, aunque sin tanta generosidad: se hablaba de bajar el derecho de exportación de 35 a 27% (el nivel que tenía hasta la asunción de Cristina Kirchner) y no para todos sino únicamente para los productores de hasta 1.000 toneladas. En cualquier caso, nadie pudo asegurar que la iniciativa fuese a prosperar. Anoche debía pasar todavía por el filtro de Néstor Kirchner. Hasta ahora, el ex presidente se resistió a dar concesiones.

Existen hoy, sin embargo, elementos para no dar por muertos los intentos del ala conciliadora del Ejecutivo. El adelantamiento de las elecciones promovido por el propio Kirchner sea quizás el que más pese, ya que el oficialismo difícilmente pueda encarar la campaña sin desactivar antes el conflicto con el sector. Cuando hoy ingresen al Ministerio de la Producción los líderes de la Mesa de Enlace, los chacareros mantendrán una nueva vigilia a la vera de las rutas. Y amenazan activar los cortes en caso de que no haya resultados.

La posible reducción de las retenciones, por otro lado, le serviría al Ejecutivo para intentar desactivar también la ofensiva opositora en el Congreso. El jueves, allí, los bloques antikirchneristas intentarán lograr quorum para debatir un proyecto unificado que plantea la eliminación del impuesto hasta cierto volumen productivo (en el caso de la soja, para las primeras 1.000 toneladas) y que determina alícuotas menores a las vigentes para el resto de la producción.

La iniciativa opositora apunta también al nudo del conflicto, ya que eliminaría dos artículos del Código Aduanero a los que apela el Ejecutivo para fijar a su antojo las retenciones. Si actúa primero, el kirchnerismo podría evitar el drenaje de legisladores que podría producirse si prospera ese debate.

En términos económicos, no sería tanto el costo fiscal que sufriría el Gobierno si avanzara en este intento de acuerdo con el campo. Trigo ya no queda para exportar, y por tanto no resignará retenciones. En maíz, la cosecha será muy pobre y el saldo exportable también. Sólo la soja puede hacer algo de ruido en las cuentas, ya que por cada punto menos de retención la recaudación caería unos US$ 150 millones. Si se redujera el tributo a 27%, y solo para parte de los productores, el costo no llegaría a U$S 500 millones. Es 10% de lo que debería recaudarse en total.

Advertidos del posible anuncio, las entidades del campo se reunieron ayer en la sede de la Rural para unificar la estrategia frente al Ministerio de la Producción y también sobre el proyecto de ley de la oposición sobre retenciones. Esta tarde se podrá saber si hubo oferta oficial. Y si la misma logró conformarlos. (CLARÍN)