PYMES

Grandes marcas de ropa deberán usar pymes para sustituir importaciones

En el marco de su estrategia para mejorar el superávit comercial, el Gobierno comenzará los contactos con las grandes marcas importadoras de ropa para que definan planes de inversión o un fuerte proceso de sustitución de sus compras, debido a que en el 2010, las importaciones alcanzaron los 320 millones de dólares.

Fuentes oficiales indicaron que habrá conversaciones con firmas como 47 Street, Mimo, Cheeky, Mistral, La Martina, Lacoste y Cacharel, entre otras. “Llegó la hora de que apuesten a inversiones locales, no importa la índole, o financien la producción nacional de ropa, porque si no, les será difícil importar.

El sector textil es es importante en la balanza comercial”, señalaron. De acuerdo con los números que maneja el Gobierno, la cadena textil importó en 2010 por u$s1.560 millones (subió 26% respecto de 2009) y la indumentaria tuvo importaciones por u$s316 millones, lo que significó una elevación de 19% frente a 2009.

En los despachos oficiales dijeron que “se va a convocar empresa por empresa para que elaboren planes de sustitución ya que hay suficientes pymes para ser proveedores de las grandes marcas o de la cadena textil en general”.

Asimismo, junto con los contactos con el segmento de la confección, el Gobierno está interesado en que se eleven los niveles de hilados y tejidos nacionales. Así es que el conjunto de las grandes marcas también se llevará la orden de comenzar a detectar proveedores argentinos.

Para los industriales, la fórmula es sencilla y pasa por la voluntad inmediata de los grandes retailers de contribuir a mejorar la balanza comercial. “Que compren la tela y confeccionen en la Argentina”, dicen desde el sector. Un ejemplo de la política que diagramó el Gobierno fue la decisión de que haya una prórroga hasta fines de 2015 de la norma que restringe el ingreso desde el exterior de indumentaria usada para consumo (la única excepción son las donaciones).

La prohibición para la importación de ropa usada está vigente desde la década del ’90 y es considerada una herramienta clave para el desarrollo de la industria local. “En todo el mundo se están impulsando medidas para alentar el empleo.

La prohibición hacia la ropa usada obedece también a normas fitosanitarias para restringir la circulación de mercadería que estuvo en contacto con el cuerpo”, señalan entre los fabricantes de ropa locales.

El segmento textil, junto con los alimentos importados, los vehículos de alta gama, la integración de autopartes nacionales, inversiones de laboratorios y los electrodomésticos son los frentes en los cuales el Gobierno concentró el plan para sostener el superávit comercial.

Si se completa este panorama, estará muy cercana la meta-piso de superávit comercial de u$s12.000 millones, que evalúa el Poder Ejecutivo y es admitida por las fuentes oficiales.

Las mismas insisten en que desde el 3 de enero no hubo ninguna barrera comercial fuera de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sino que la política del Gobierno es potenciar la producción, el consumo y las exportaciones, en detrimento de las importaciones competitivas para el mercado local y no de aquéllas complementarias (necesarias para la industria).

Fuente: Diario BAE