Jugueteros esperan al Día del Niño para tener más claro su futuro

A diferencia de otros sectores, la cuarentena de más de cien días agarró a los jugueteros en su temporada baja. En el cierre de un 2019 complicado, las empresas del rubro pudieron hacer algo de caja gracias a Navidad y Reyes, dos de sus fechas claves, de la mano de acciones marketineras como la ´Noche de las Jugueterías´.

Hasta ahora, la pandemia viene coincidiendo con la época de menores ventas pero los comerciantes del rubro saben que en 45 días –el domingo 16 de agosto- tienen su otro hito importante: el Día del Niño.

“Estamos en vísperas de un día clave para nosotros. Tenemos la esperanza que se tenga en consideración y aunque sea podamos abrir las puertas veinte días antes de esa fecha. Las fábricas y distribuidores tienen que preparar las ventas ya. Si no lo hacen ahora, no llegamos”, le explica a BAE Negocios Laura Weisvein, Secretaria de la Asociación Argentina de Juguetes y Afines (AADEJA) y Directora de las jugueterías Giro Didáctico.

La propietaria de una de las cadenas más grandes del país alerta que “la venta de juguetería es estacional. Los jugueteros llegan muy justos financieramente al Día del Niño. Desde enero a agosto, la facturación se sostiene medianamente y lo que hace la diferencia es el segundo semestre. Si en el Día del Niño, que representa más de la mitad de los ingresos, no podemos vender, perdemos el año. Más de la mitad de los comerciantes no se va a poder reponer”.

El impacto puede ser mayúsculo. En el país hay unas veinte redes de ventas que tienen más de cuatro locales. Además, en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano –los sitios más golpeados por el aislamiento- hay miles de comercios barriales que emplean entre tres y cinco personas. Hasta el año pasado, el negocio juguetero en el país movía USD1.200 millones.

“Muchos comercios ya han tenido que cerrar definitivamente y muchos van a cerrar pronto. Lo trágico es que esto arrastra a toda la cadena, que incluye a fabricantes y distribuidores”, agrega Weisvein.

La ejecutiva reconoce que la posibilidad de seguir haciendo envíos a domicilio y el comercio electrónico son una ayuda pero no la solución definitiva. “Antes del regreso de la cuarentena estricta, dependiendo la zona, algunas jugueterías pudieron mantener un venta similar a épocas normales y a otras, con la venta online y física, les alcanzó por lo menos para cubrir los gastos fijos. De todas formas, es insólito que no haya apoyo de las empresas de servicios. El Gobierno debería hacer una gestión con las compañías de agua, luz y gas porque siguen viniendo las mismas facturas que en condiciones normales. Ese silencio que hay al respecto es preocupante”.

Con respecto al proceso de transformación que tuvieron que encarar varios comerciantes indicó que “fue acelerado”. “Hoy ningún empresario puede quedar afuera. Acá los pequeños comerciantes venían retrasados en eso. Hoy va a ser la única herramienta de salvataje. Los que ya tenían una experiencia previa, seguramente podrán sacar más ventaja con respecto a los que recién comienzan, ya que tienen que hacer un recorrido para posicionarse. Eso requiere una inversión en marketing digital para hacerse conocer que no todos pueden enfrentarla hoy”.

Por último, la empresaria contó su experiencia personal en las dos cadenas que administra: Giro Didáctico y Compañía de Juguetes. “La estructura de franquiciante la estamos manteniendo con dinero personal y a pulmón. El ATP ayuda pero no es la solución ya que los costos fijos son enormes. Nosotros tenemos 18 personas para asistir a las franquicias. Pero no vamos a bajar los brazos”

Con respecto a la situación de las franquicias que están bajo el paraguas de sus dos marcas reconoció que “la pasan mal. Hay franquiciados que tienen cinco locales cerrados y se sostienen con la venta online. La situación de ellos es desesperante. Por suerte, tenemos el apoyo de los proveedores que nos difieren los pagos. Todos no apoyamos por que unos dependemos de los otros”.

Por Gustavo Grimaldi

Fuente: BAE Negocios