POLÍTICA ECONÓMICA

La UIF y la CNV serán claves para evitar maniobras en la división del Grupo Clarín

Si la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) aprueba finalmente la distribución de unidades de negocios propuesta por el Grupo Clarín para adecuarse a la Ley de Medios, habrá dos organismos clave para evitar que detrás de esa escisión se esconda una maniobra para seguir operando en conjunto o con tácticas de cartelización. Serán la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Unidad de Información Financiera (UIF) las responsables de revisar los números de las nuevas futuras empresas, que deberán afrontar una situación complicada: la segunda unidad, la que agrupa el mayor número de abonados de Cablevisión y Fibertel, concentra casi el 70% de la facturación del multimedio en vías de división.

El Grupo Clarín informó el viernes que Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto pasarán a controlar la llamada Unidad 2, en el plan de adecuación presentado ante la AFSCA, que reúne en 24 licencias de Cablevisión el más amplio porcentaje de abonados de esta compañía, al borde del 35% del mercado que pone como tope la legislación, y que además poseerá Fibertel, aunque los servicios de internet no están regulados por la ley que Clarín congeló por largos años en la Justicia. La Unidad 1, que agrupa los principales medios del grupo (TN, Canal 13, Radio Mitre, FM 100 y radios de Córdoba y Mendoza) y 24 licencias de cable (en ciudades en donde no existe incompatibilidad con la TV abierta), son las que se quedarán los otros dos socios controlantes del actual Grupo Clarín, Lucio Pagliaro y José Aranda. Además, estos socios también quedarán al frente del diario Clarín y otros dos matutinos, La Voz del Interior (Córdoba) y Los Andes (Mendoza), que tampoco entran en la órbita de la regulación audiovisual.

Magnetto y Herrera de Noble, que poseen hasta hoy el 70% del Grupo Clarín, se quedarán con el grueso de Cablevisión y con Fibertel, empresas que facturan actualmente un 70% del total de lo que recauda el multimedio. Por lo que Pagliaro y Aranda deberán ahora no sólo crear directorios nuevos y una organización administrativa en sus empresas distinta a que tengan la dupla Magnetto-Noble, sino que deberán ver cómo hacer para que a su nuevo multimedio les den las cuentas.

Aquí es donde jugarán un rol clave la UIF y la CNV. Serán estos los organismos responsables de evitar, por ejemplo, que exista traspaso de dinero de la unidad 2 a la 1, que en lo real deberán ser empresas distintas una vez sellado el plan de adecuación. También tendrán que controlar las maniobras financieras que se ejecuten de aquí a que se efectivice la partición del grupo. Por lo pronto, el Grupo Clarín ya informó a la CNV que distribuirá 80 millones de pesos antes del próximo 28 de mayo.

Fuente: BAE