Buscan crear cajas de ahorro gratis para estudiantes primarios y secundarios

Sin ahorro no hay inversión. Sin inversión, ni siquiera ahorrar resulta muchas veces una garantía de bienestar, máxime teniendo presente los contratiempos que propone un escenario con alta inflación. Lo saben aquellos que peinan canas (o son calvos inexorables) y han vivido numerosas crisis. Y es muy probable que comiencen a aprenderlo los escolares.

El oficialismo impulsa en la Cámara de diputados la creación de la caja de ahorro escolar. El proyecto de ley, que fue girado a las comisiones de Educación y Presupuesto y Hacienda y que está firmado por los diputados Dante Gullo, Recalde, Conti, Cigogna, García, Puiggros, Kunkel y Pasini del Frente para la Victoria y el ex diputado Piumato, propone la creación de una caja de ahorro por cada estudiante en el ámbito educativo de nivel primario y secundario que se encuentran en el sistema escolar público de gestión estatal en todo el territorio de la Nación.

Entre las principales características, el ahorro se hará efectivo a través de una cuenta bancaria individual del Banco de la Nación Argentina, manejada mediante el uso de una tarjeta magnética y a través de la red de cajeros habilitados. Según consta en el proyecto, “de esta manera, el estudiante se familiarizará –si es que ya no lo está– con las actuales tecnologías y formas de operación bancaria relacionadas con la capacidad de ahorro”.

A la vez, las cuentas no tendrán gastos administrativos ni de ningún otro tipo. En rigor, las cuentas se conformarán con aportes voluntarios que realicen los propios estudiantes y con un aporte que realizará el Estado y que será superior a $ 5 mensuales. Para que la inflación no haga de las suyas, está previsto que los depósitos serán ajustados periódicamente para evitar la pérdida del poder adquisitivo de los ahorros que a su vez devengarán intereses.

Para que dicha cuenta no se utilice para otra finalidad que la prevista, el proyecto señala que “se establecerá como límite máximo de depósito mensual en las cuentas respectivas la suma equivalente a la mitad del salario mínimo vigente y su máximo anual no podrá superar la suma equivalente a 6 veces el salario mínimo vigente”. El salario mínimo hoy está en $ 1.740.

“La fuente de ahorro individual y voluntario busca que el estudiante incorpore la práctica del ahorro. Pero el mismo no es excluyente ya que el alumno que no desee o no pueda aportar individualmente contará con un ahorro, el cual, sumado al ahorro proveniente de las fuentes colectivas, depositado en las cuentas individuales de cada uno de los alumnos pertenecientes al mismo curso o a la misma institución, podrá ser utilizado en forma criteriosa...”, señala el proyecto.

Un dato relevante es que los aportes no podrán ser retirados sino hasta el fin del ciclo escolar secundario. Esto, tanto para el caso de los aportes individuales como los aportes de origen estatal. “Con esto se busca fomentar la incorporación de la idea del ahorro a largo plazo, así como también contribuir en lo posible a reducir los índices de deserción escolar, sumando una motivación más (si bien, ni la única ni la principal) a los alumnos para terminar sus estudios”. Según consta en el documento, la única salvedad la constituye el caso de la “deserción escolar”, “circunstancia que una vez definida en sus requisitos y alcances por la reglamentación a dictarse por la autoridad de aplicación permitirá al estudiante que abandona su formación retirar exclusivamente los fondos correspondientes a sus aportes voluntarios”, quedando los restantes – estatales obligatorios y los colectivos– diferidos para el momento que hubiera correspondido a la finalización de sus estudios secundarios.

Un impulso parecido

A comienzos de setiembre de 2008, y en adhesión a la iniciativa del Banco Central que buscó incrementar la bancarización del público, los bancos BBVA Banco Francés, Citi, Ciudad, HSBC Bank, Hipotecario, Itaú, Santander Río, Grupo Galicia, Provincia y Standard Bank impulsaron la “cuenta básica”, una variante de la caja de ahorro en pesos que buscó generar un producto estándar. Con un costo que asciende a $ 18, otorga la posibilidad de operar con tarjeta de débito por cajeros automáticos y un número determinado de operaciones por caja. Puede solicitarse sólo con la presentación del DNI, un depósito inicial de apertura y una factura de algún servicio. (EL CRONISTA)