ECONOMÍA INTERNACIONAL

China controlará precios de alimentos para frenar la inflación

Las verduras y hortalizas subieron en promedio 62% durante el último año. Entre otras medidas, se subsidiará el consumo y habrá castigos para el acaparamiento de productos básicos.

China está considerando ejercer el control de precios de los alimentos para contener la inflación que creció con fuerza el último mes.

La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el organismo más importante de planificación económica del país, está elaborando una estrategia con vistas a detener la escalada de precios.

No han trascendido detalles de cómo se aplicará el control de precios, pero se sabe que, además, las autoridades estudian incluir subsidios a los consumidores y el castigo al acaparamiento de alimentos y productos básicos. Los intendentes serán los responsables por los precios de una canasta de productos de primera necesidad. Asimismo, se incrementará la oferta de carne de cerdo, azúcar y vegetales.

Durante el último pico inflacionario, en 2008, las autoridades apenas intervinieron en los mercados. Esta vez, la batería de medidas aparece como más consistente.

En las mayores ciudades chinas se anunciaron planes para controlar los precios de los alimentos. En Fuzhou, en la costa sureste, las autoridades publicaron la última semana precios máximos para cuatro tipos de vegetales. En Kunming, en el suroeste, se ha optado por el mismo camino.

La inflación trepó un 4,4% en octubre, bien arriba del objetivo del gobierno de mantenerla en un 3%. El mes pasado, los alimentos subieron a una tasa anualizada del 10,1%.

En los primeros diez días de noviembre, los precios promedio de 18 verduras y hortalizas treparon un 62,4% respecto de un año atrás, informó la agencia oficial Xinhua. Entre ellas se encuentran el repollo, pepino, papas y ajo, cuya alza fue del 98,5% respecto a 2009.

Según analistas, la inflación sería muy dañina en China, porque podría estimular las inversiones especulativas, en momentos en que los ahorristas están recibiendo tasas negativas reales por sus depósitos bancarios.

A fin de controlar la ola inflacionaria, Beijing incrementó la tasa de interés y elevó los requisitos de reserva de los bancos en varias oportunidades, con lo que sacó de las calles una parte de la moneda en circulación.

El presidente chino, Hu Jintao, advirtió a su par de los Estados Unidos, Barack Obama, que su política monetaria inundaba el mundo de dólares e incentivaba la inflación. Al tiempo, surgen presiones dentro de China que dicen que el país debe revaluar su moneda, el yuan, para paliar los efectos locales de la inflación mundial. Un concepto parecido al que derivó en la convertibilidad en la Argentina de los ’90.

(El Argentino)