Continua cediendo la fuga de capitales

Los datos oficiales del Banco Central mostraron que la formación de activos externos –esto es, la fuga de capitales– disminuyó en el segundo trimestre del año para alcanzar los u$s 2.838 millones, un 30% menos que el primer trimestre del año. De hecho, la fuga neta de capitales –si bien ascendió a u$s 6.683 millones en la primera mitad del año– cae 40% contra el mismo período de 2009.

Alentador, el dato queda de todas formas viejo a la luz de cómo siguió la película. En el BCRA confirman que en julio, cuando la autoridad monetaria compró alrededor de u$s 2.000 millones en el mercado cambiario, la fuga de capitales continuó cayendo en relación al mes anterior. “La tendencia sigue profundizándose”, acotan escuetos desde Reconquista 266.

Tomando la liquidación de divisas que informa la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) –entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas– que en el período ascendió a u$s 2.408 millones, y contrastándola con las compras del BCRA, se desprende que fueron alrededor de u$s 400 millones los que terminan fugándose.

Sea como fuere, julio se transformó en el segundo mes del año de menor huida de divisas, después de mayo pasado, cuando se esfumaron tan sólo u$s 256 millones.

La menor dolarización de portafolios, sumada al fuerte ingreso de dólares comerciales y a los flujos que llegaron desde el

exterior hacia los bonos locales, generó un exceso de dólares en la plaza que complica el cumplimiento del Programa Monetario. A raíz de esto es que el Central (siendo casi el único demandante de divisas) no compró todos los dólares que se volcaron al mercado, a pesar de su intervención récord.

“El BCRA se enfrenta a una situación en la cual no cuenta con los pesos suficientes para absorber el excedente de divisas en el mercado cambiario. Esto genera una necesidad de

fuerte emisión monetaria vis a vis el aumento del nivel de reservas y el sostenimiento del tipo de cambio, hoy con claras presiones a la baja. Sin embargo, para mantenerse dentro de las metas del Programa Monetario, una restricción que cobra

mayor relevancia si se considera el cambio de autoridades en el BCRA en septiembre, la entidad monetaria debe efectuar operaciones de mercado abierto para esterilizar parte de la liquidez generada, de modo de encauzar el crecimiento de los medios de pago a los límites establecidos”, dice el Estudio Bein.

De hecho, en las últimas semanas, el BCRA optó por moderar el ritmo de compra de dólares en el mercado cambiario (casi al mínimo necesario) para evitar que caiga el tipo de cambio nominal. Así, también evitó tener que aumentar la tasa de interés de Lebacs y Nobacs para absorber los pesos que hubiera emitido en caso de mantener una intensiva compra de divisas.

De ahí que había trascendido que algunos directores del Central impulsaban una suba en los encajes bancarios, que actualmente se encuentra en 19% y afecta sólo a los depósitos transaccionales.

Lo concreto es que el ingreso de divisas podría mantenerse y complicar la estrategia del BCRA. La fuga de capitales, en su momento, le era funcional a un tipo de cambio elevado y una fuerte intervención en la plaza cambiaria con tasas de interés altas.

(El Cronista)