ECONOMÍA

Desde 2002, el valor de la tierra para la actividad rural se sextuplicó

La evolución se debe al crecimiento de la cotización internacional de los granos y de los productos agropecuarios en general, y a que se disparó la demanda de campos productivos, mientras la oferta se mantiene casi estable.

Los niveles récord de la cotización internacional de los granos, además de mejorar la perspectiva de las exportaciones agropecuarias argentinas, transformaron las tierras productivas en un tesoro insospechado diez años atrás. Es que, gracias al gran negocio de la soja y el boom actual del maíz, el valor promedio nacional de una hectárea útil para la actividad rural pasó de costar entre U$S 2300 y U$S 4000 en 2002, a los U$S 15 mil actuales, con picos cercanos a los U$S 30 mil en algunas localidades del centro del país. Es decir, el valor creció más de seis veces respecto del que tenía en la salida de la crisis. Los especialistas consideran que hay dos puntos que influyen en los valores: la mayor renta obtenida de los granos y el hecho de que la demanda supera a la oferta (ver opiniones).

La evolución de los precios de los granos que cotizan en Chicago da cuenta del boom del valor de la tierra agropecuaria. Si se compara el período enero-julio de este año contra igual período de 2010, el valor de la tonelada de maíz creció un 74% al pasar a costar este año un promedio de U$S 298 la tonelada. La soja, en igual lapso, subió el 39% hasta los U$S 520; mientras que el trigo evolucionó un 45% interanual, costando U$S 340 la tonelada de grano promedio en lo que va del año.

“La suba del precio de la hectárea es producto de los tres cultivos: soja, maíz y trigo. De hecho, en la zona núcleo, en localidades como Leones, la hectárea ya está costando 25 mil dólares”, explicó a Tiempo Argentino Oscar Solís, subsecretario de Agricultura del ministerio que conduce Julián Domínguez. En esta línea, Milagros Gismondi, especialista en temas agrarios de la consultora Orlando Ferrreres y Asociados, fue un paso más allá y aseveró que en el futuro inmediato la hectárea podría subir más: “Las perspectivas del maíz son muy buenas, y por el rendimiento que viene teniendo el grano, las tierras maiceras podrían subir y empujar al resto de los campos.” El fenómeno maicero se daría, sobre todo, en la zona del norte de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

En este contexto, las cosechas a futuro también muestran buenas perspectivas, sólo cayendo de forma moderada por factores climáticos. Según el último relevamiento del USDA estadounidense, para la cosecha argentina 2011/2012 se esperan 27,5 millones de toneladas de maíz, cuando en agosto último la percepción era de llegar a las 26 millones. La cifra en maíz superaría así a la de la cosecha anterior, donde se alcanzaron las 22 millones de toneladas. En el caso de la soja, la cosecha actual daría 49,6 millones de toneladas, por debajo de la de 2010, con 52,6 millones. Y en trigo, se esperan 13,5 millones de toneladas, cuando en 2010 se había llegado a 14,7. Las bajas en las perspectivas de soja y trigo responden, básicamente, al fenómeno climático conocido como La Niña.

“De todas maneras, no creemos que esta caída vaya a afectar los niveles de rentabilidad por granos, ya que los precios internacionales están lo suficientemente altos como para contrarrestar márgenes tan bajos de caída”, explicó Gismondi.

En este contexto, para los funcionarios nacionales, la recuperación del maíz permite apostar a una caída en la siembra de soja. “Actualmente, hay 18 millones de hectáreas sembradas con soja y 6 millones con maíz y sorgo”, detalló Solís, y agregó que “el problema es que la soja es hoy una inversión de menor riesgo que, de todas maneras, da muy buena rentabilidad; mientras que el maíz es muy buena pero necesita más dólares de inversión por hectárea”.

Fuente: Tiempo Argentino