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El Banco Central Europeo se corre y no acepta quita en sus bonos griegos

El Banco Central Europeo (BCE) dejó trascender ayer que canjeará sus tenencias de bonos griegos por nuevos papeles de idéntico valor y condiciones. La maniobra permite aislar a la autoridad monetaria de un acuerdo de deuda que podría traducirse en pérdidas de hasta el 70%, pese a los reclamos de algunos sectores que pedían una participación del organismo, como es el caso del FMI.

De todos modos, la autoridad monetaria distribuiría las utilidades de los nuevos bonos entre los países de la zona euro, para que ellos puedan inyectarlo en un paquete de rescate a Grecia.

El BCE tiene en su poder entre 40.000 y 50.000 millones de euros en bonos de Grecia. A través de este canje –una operación de carácter técnico– cambiará sus tenencias por nuevos bonos, idénticos a los anteriores salvo por el hecho de que están exentos de acciones legales que pueda iniciar Atenas contra sus acreedores para forzarlos a aceptar pérdidas.

En estos días, Grecia negocia con tenedores privados de sus títulos soberanos –bancos, fondos de inversión y otros acreedores un acuerdo para reducir en un 50% el valor nominal de esos papeles, es decir un default oordenado de 103.000 millones de euros. En términos reales, la quita podría llegar hasta el 70% si la tasa que pagará Grecia luego de concretar ese acuerdo es menor a la actual.

Pero luego de tres meses de charlas, las partes no llegan a un acuerdo. Entre otros motivos porque las normas de la zona euro impiden al BCE aceptar un recorte de sus tenencias como el que se trata de imponer a los privados.

Con el BCE fuera de la ecuación se allana el camino para el cierre de las negociaciones con los acreedores privados porque, ahora, a Grecia le bastará acordar con los acreedores más grandes y forzar legalmente a los más pequeños –los eventuales “hold outs”– a aceptarlo. Ese mecanismo legal era imposible de aplicar si el BCE se convertía en un “hold-out” más.

El canje revelado ayer tiene otra arista más. Le permitirá al BCE ayudar con fondos a Grecia, unos 15.000 millones de euros, a través de una triangulación de utilidades. Esto es porque en su momento la entidad había adquirido los títulos con un descuento.

El estatuto de la autoridad monetaria europea también le impide a Draghi financiar en forma directa a los países miembros, por lo que una inyección de fondos desde el BCE al país mediterraneo está descartada. Pero como se encargó de aclarar el propio Draghi, las normas del banco no le impiden distribuir las ganancias de los nuevos bonos griegos entre los países miembro de la eurozona, algo así como sus accionistas. Los gobiernos de la zona euro no tienen impedimento alguno para inyectar fondos a Grecia, y así lo harían.

La negociación por el recorte de deuda a acreedores privados de Grecia es uno de los muchos ejes del salvataje a Grecia, que sumaría entre quitas e inyecciones de fondos una ayuda de 130.000 millones de euros.

De no recibirlo, Grecia no podría afrontar su deuda y caería en un default liso y llano.

Fuente: El Cronista