LABORAL

El incremento de puestos de trabajo en el sector formal ha sido el más importante desde 1974

El balance de los datos provenientes del mercado laboral durante la última década arroja un saldo netamente positivo, aun cuando quedan enormes desafíos por delante, como por ejemplo lograr una disminución en los índices de empleo informal, que alcanza niveles altos en la muestra general y abiertamente graves en determinadas actividades y regiones.

A tal punto es así que el crecimiento del empleo formal alcanzado desde 2003 es el más alto desde 1974, y dos tercios de los puestos que se crearon durante este período tuvieron lugar en empresas del sector privado formal. En esta última década, el promedio de creación de puestos de trabajo alcanza los 500 mil por año, "casi triplicando la cantidad anual de nuevos ocupados que se generaron desde el reinicio de la democracia en 1983 y con la Convertibilidad", según se desprende de un reciente informe elaborado por la cartera laboral.

Sólo en la industria, el comercio y los servicios se crearon unas 200 mil nuevas empresas que representan un 64% más de las que había cuando comenzó la gestión del presidente Néstor Kirchner.

La creación de puestos de trabajo permitió un descenso inédito en la tasa de desocupación en la historia reciente. Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares para el último trimestre del año pasado, el desempleo alcanza al 6,9%, una de las más bajas desde 1992. Del total de puestos de trabajo generados desde 2003 en el sector formal de la economía, cerca de 860 mil fueron ocupados por jóvenes de hasta 29 años de edad, segmento de la población que internacionalmente presenta grandes dificultades para insertarse laboralmente.

El crecimiento del empleo formal fue particularmente fuerte durante los primeros cinco años de la gestión kirchnerista y tuvo su momento de mayor tensión durante la profundización de la crisis económica internacional desatada en 2008 en Estados Unidos, y que rápidamente se contagió a Europa. Más allá de que el mercado laboral se vio afectado por la hecatombe financiera externa, el impacto en la estructura ocupacional y la dinámica laboral no se modificó sustancialmente. De hecho, en un breve lapso se pudieron recuperar los puestos de trabajo perdidos durante la crisis. El incremento en el gasto público para sostener la demanda agregada, la protección de la estructura productiva a través de diversas herramientas como las Licencias No Automáticas o incluso la ayuda directa a empresas que atravesaban dificultades –y que por consiguiente ponían en riesgo la continuidad laboral– fueron algunas de las políticas anticíclicas que permitieron sobrellevar el vendaval. Con respecto al último punto, desde la cartera laboral pusieron en práctica el Programa de Recuperación Productiva (REPRO), una especie de subsidio estatal destinado a cubrir una parte de los salarios del sector privado.

Según un estudio elaborado por los economistas Andrés Asiain y Agustín Crivelli, en 2009, durante la crisis internacional, el REPRO adquirió un rol central. "Mientras que en 2008 participaron de este programa 448 empresas, en 2009 ese número creció a 2769. De esta manera, durante 2009 el REPRO contribuyó a preservar alrededor de 144 mil puestos de trabajo, lo que representa el 1% de la población económicamente activa de ese año y el 10% de los desocupados", precisaron los especialistas. Un dato relevante de estos diez años es que la tasa de empleo (proporción de personas ocupadas respecto de la población total) evolucionó favorablemente junto con la tasa de actividad, que mide la proporción de la Población Económicamente Activa (ocupados y desocupados) respecto de la población total. Es decir, la actividad económica pudo absorber a los que estaban desempleados y a aquellos que se sumaron al mercado laboral.

Fuente: Tiempo Argentino