ECONOMÍA

Fabricantes de alimentos suben precios para cubrirse de aumentos salariales

Compañías productoras de alimentos, supermercados y otros eslabones de la cadena comercial comenzaron a aplicar aumentos de precios durante la última semana con la intención de empezar a trasladar al consumidor final al menos una parte de los aumentos salariales que se acordaron esta semana.

De acuerdo con un sondeo hecho por El Cronista, las subas llegan hasta el 6% y se registran en gran parte de los productos considerados por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien monitorea los precios de consumo masivo: van desde fideos y azúcar –a esta altura no hay faltante que justifique los aumentos de las últimas semanas– hasta lácteos, hamburguesas y vinos.

Por caso, el paquete de tallarines al huevo de medio kilo en Coto –si se compra por su página de Internet– pasó de $ 4,27 a $ 4,49 (5%), la misma suba que tuvieron las hamburguesas Good Mark por 12 unidades, que ahora cuestan $ 37,35.

En Disco, las hamburguesas de carne tradicional de la misma marca subieron 6%, hasta los $ 37,29.

Un empresario del sector supermercadista confirmó que esta semana comenzaron a llegar nuevas listas de precios por parte de sus proveedores. Los ajustes cuentan con la autorización de Moreno.

Las subas se dan en el marco de la negociación salarial que cerró el martes por la madrugada el gremio de la alimentación y le permitirá a los trabajadores de ese sector sumar un aumento por encima del 35%, el más alto de la última ronda de negociaciones paritarias.

En el sector empresario ahora temen que el efecto del gremio de la alimentación se propague por otros sectores. Entre ellos, el comercial, que para los economistas es el eslabón más importante a la hora de fijar los precios finales.

Esta semana se definirá la pulseada entre la Cámara de Comercio (CAC), que conduce Carlos de la Vega, y el sindicato de Armando Cavalieri, que reclama una recomposición de un 46 por ciento. Su resultado marcará cuál será la presión de los sueldos sobre las góndolas durante el resto del año, dado que un 16% del costo de los supermercados se explica por el peso de los salarios.

Entre los economistas le temen más a una reapertura general de las negociaciones paritarias que a las recomposiciones salariales de esta semana.

“Los salarios del sector de alimentos son más bajos que los del resto. Lo más peligroso no es la inflación de junio sino que se abra una segunda ronda de paritarias”, explicó Marina Dal Poggeto, del estudio Bein.

“No se sabe en cuánto, pero los aumentos de salarios en la alimentación van a repercutir en la inflación de los próximos meses. La industria está trabajando con poco margen como para absorberlo y está el temor de que otros gremios que todavía no cerraron sus negociaciones hagan lo mismo”, sostuvo Claudio Mauro, de M&S Consultores.

Aun así, estimaron que el movimiento de salarios de mayo ocasionará una suba de dos décimas en el índice de inflación de junio, con especial presión sobre los alimentos.

“Una parte de la suba se va a ver el mes que viene. La negociación salarial claramente le está dando una vuelta de rosca al ítem de alimentos”, explicó Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando Ferreres.

Las productores de alimentos ya habían comenzado a aplicar aumentos a cuenta de eventuales subas de costos en marzo. Sin embargo, por la suba en la carne los ítems de demanda más elástica –los primeros que el consumidor sacrifica cuando hay aumentos– no sufrieron algunas de las subas autorizadas por Moreno. Es por eso que en las próximas semanas se esperan retoques importantes en jugos concentrados, bebidas y algunas marcas de galletitas.

Hay, sin embargo, un punto que juega a favor del bolsillo de los consumidores. Por cuestiones de estacionalidad, este mes la inflación real rondará entre el 1,2% y el 1,4%, por lo que será la más baja del año. (El Cronista)