Gran Bretaña, España y Francia contra el billete de 500 euros

Las casas de cambio británicas dejaron de dispensar billetes de 500 euros después de que la policía constatara que el 90 por ciento de sus transacciones son protagonizadas por bandas criminales, traficantes de droga y personajes empleados en el lavado de dinero, según el diario español El País.

Londres reabre así un debate que ya pasó por Parlamentos como el francés o el español y que periódicamente se pone sobre la mesa de la Unión Europea.

Informes oficiales de varios países europeos alertan sobre el uso masivo de billetes de 500 euros por bandas mafiosas y por defraudadores.

Si a este argumento se suma su mínima utilidad para un ciudadano medio, crece la presión contra la circulación de este billete, creado con el euro a imagen y semejanza del billete de 1.000 marcos alemanes.

Hoy es el papel moneda más valioso entre las grandes divisas del mundo, una vez que Estados Unidos suprimió el de 1.000 dólares en el año 1969 y de que en 2000 Canadá dejara de imprimir billetes de 1.000 dólares nacionales, conocidos como pinkies, a petición de la fiscalía general porque estaban siendo utilizados masivamente para lavar dinero.

La medida que evalúa el Reino Unido no prohíbe la circulación de los billetes, aunque sí hace imposible proveerse de ellos en las ventanillas que se ocupan del cambio de divisas.

La agencia británica contra el crimen organizado (Serious Organized Crime Agency, Soca) estima que el comercio de esos billetes supera los 500 millones de euros anuales, el grueso en manos criminales.

Una mujer con aspecto de inocente ama de casa de barrio fue filmada por la policía británica, el año pasado, portando bajo el brazo una caja de cereales que en realidad contenía 300.000 euros en billetes de 500.

El peso de la mercancía -dinero lavado por una banda de 13 miembros- apenas superaba el kilo. Esa misma operación realizada en la divisa local se habría traducido en un paquete más abultado y con un peso 10 veces superior.

En España, los técnicos del Ministerio de Hacienda se muestran entusiastas por la medida adoptada por el Reino Unido. Su asociación Gesha señaló ayer que "el 80 por ciento de las operaciones que se realizan con billetes de 500 euros en España escapan del control del Fisco por su vinculación directa, principalmente, con actividades fraudulentas".

Los técnicos de Hacienda creen que el Gobierno, aprovechando la presidencia de turno de la Unión Europea, debería liderar un debate en profundidad sobre la retirada de la circulación de los billetes de 500 de la eurozona, "máxime en un contexto económico que está poniendo en entredicho la continuidad de la moneda única", indicó un portavoz.

A favor de la tesis de que existe una correlación directa con el fraude juega el hecho de que la crisis inmobiliaria en España, uno de los sectores que más fraude fiscal y operaciones en negro acaparan, coincide con un descenso espectacular de la circulación de billetes de 500 euros.

Así el número de billetes en circulación es de 107,56 millones en febrero, por un importe de 53.780 millones de euros y representan el 70,3 por ciento del total, según el Banco de España, cinco millones menos que hace dos años.

El número de billetes de 500 euros en circulación no dejó de caer en todo 2009, desde los 111 millones de enero hasta los 108,44 millones de noviembre, con un ligero repunte en diciembre.

Un año antes, en diciembre de 2008, había 112,48 millones de billetes, 3,72 millones más. El máximo se alcanzó en octubre de 2008, cuando circulaban por España 112,7 millones de billetes (56.388 millones de euros).

No obstante, la Agencia Tributaria atribuyó el aumento de 2008 a la inestabilidad financiera y al nerviosismo que llevó entonces a los ciudadanos a cancelar depósitos y cuentas bancarias para tener liquidez.

En 2006, Hacienda inició una investigación oficial sobre movimientos efectuados mediante billetes de 500 euros, consistentes en entregas y retiradas de fondos por parte de compañías de transporte de fondos para su utilización en sucursales de entidades financieras o directamente por personas físicas o empresas.

Entre 2003 y 2005 se detectaron 13.000 operaciones sospechosas, en los que se descubrieron 2.600 defraudadores que usaron maletines con al menos 1.000 billetes de 500 euros para pagar o cobrar de forma opaca, lo que se traduce una posible perdida de 1.300 millones de euros para el Fisco.

La iniciativa británica para frenar el fraude de billetes grandes no es la única. Con motivo de la cumbre del G-20 de Londres de abril de 2009, Francia incluyó la desaparición de los billetes de 500 euros como una de las 30 medidas para cercar a los paraísos fiscales.

La comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, compuesta por diputados de todo el arco político, abogó por promover, a escala francesa primero y europea después, el fin del billete.

Los autores del informe también abogaban por la prohibición de pagos en efectivo por encima de 3.000 euros para las personas y 1.100 euros para los comerciantes. Sin embargo, la iniciativa (como casi todas las salidas de aquella cumbre) no se concretó.

"No creo que la medida vaya a suponer un descenso del fraude. Si alguien no puede pagar o cobrar con billetes de 500 euros lo hará con billetes de 100 o de 20. Sólo tendrían que llevar un maletín más pesado", asegura el secretario general de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda (IHE), Francisco de la Torre.

"Prohíbir en un solo país de la zona euro la circulación de billetes de alto valor no sería eficaz. Es mucho más eficaz la normativa que ya obliga a bancos y entidades financieras a notificar a Hacienda todas aquellas operaciones en metálico con mucho volumen", afirma.

El director de la agencia contra el crimen, Ian Cruxton, cree que las organizaciones delictivas -y en menor medida, también los evasores de impuestos- pondrán ahora sus miras en los billetes de 200 euros, aunque se toparán con mayores dificultades por doble motivo: su circulación es más limitada y, por tanto, su trazo es de más fácil identificación por parte de la policía. (Telam)