Gremios insistirán con subas del 25 por ciento

La suba del mínimo no imponible de Ganancias generó sensaciones encontradas entre los sindicalistas. Los más oficialistas admitieron que el cambio evitará la reapertura de negociaciones salariales durante el año, pero no que los pedidos de aumento bajen del 25%. Desde el Gobierno alentaron paritarias con un tope cercano al 20%. En el espectro más opositor criticaron la medida por insuficiente y anticiparon que terminará por generar más conflictividad gremial.

La modificación del 20% anunciada ayer por Cristina de Kirchner estuvo lejos de la pretensión de los dirigentes de todo el arco sindical que habían planteado la necesidad de una reformulación integral del gravamen. De hecho, la CGT oficialista, de Antonio Caló, había acercado al Ejecutivo en las últimas semanas una propuesta orientada a incrementar la presión impositiva sobre los ingresos por encima de los 20 mil pesos y aplicar más tributos sobre actividades como la financiera, la minera y el Poder Judicial.

Gerardo Martínez, de la central aliada al Gobierno, sostuvo que la suba de ayer «es la que se había negociado» desde su CGT con los funcionarios. «Con el aumento se logra actualizar el desfase que había por la falta de actualización del impuesto durante el año pasado», le dijo a Ámbito Financiero el secretario general del gremio de los albañiles (UOCRA). Para Martínez, el anuncio «llega oportunamente porque da la chance de ir a discutir las paritarias de manera anual».

Como informó este diario, desde los gremios opositores, con Hugo Moyano a la cabeza, habían planeado un primer tramo de negociaciones salariales y una eventual reapertura a mitad de año para analizar el avance de la inflación. Esa mecánica fue adquirida incluso por sindicatos oficialistas como la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que esta semana arrancará su paritaria con un pedido de aumento del 25% y una revisión en julio.

Según Gerardo Martínez, el cambio en Ganancias «vuelve a un punto de equilibrio para discutir salarios con mucha conciencia en el campo sindical y empresarial». El dirigente evitó hacer una estimación de la cifra en que cerrarán las paritarias. Pero en la misma CGT sostuvieron que la línea de incrementos deberá ser del 25%. Con ese nivel, estiman los aliados de Caló, se podrá recuperar parte de lo perdido en 2012 por la falta de actualización de Ganancias, siempre y cuando la inflación real no supere esa barrera.

Facundo Moyano, hijo de Hugo y jefe del gremio de los peajes, sostuvo que el anuncio de Cristina de Kirchner «no tuvo en cuenta una deducción por el pago de alquileres ni de la cuota sindical, como tampoco de un mecanismo de actualización automática como en el caso de las jubilaciones». «Desoyeron los cuatro proyectos que presenté como diputado del Frente para la Victoria, y también el que llevó la CGT de Caló», le dijo Moyano a este diario.

Según el gremialista y diputado nacional, la medida «no consideró a la dirigencia gremial, ni oficialista ni opositora», y giró en torno de «un aumento insuficiente que va a ser superado por la inflación y los acuerdos salariales». «En octubre la suba está licuada. Por lo tanto, los aumentos salariales van a andar en el orden del 25%, más allá de lo que pretenda el Gobierno. Hay más de dos millones de trabajadores que pagan Ganancias y son justamente los que mueven la economía. La presión es excesiva para los laburantes, y mientras tanto no se avanza sobre el sector financiero o la minería».

Más optimista se mostró Hugo Yasky, de la CTA oficialista. «El anuncio es positivo y permitirá un panorama más claro en paritarias, así como un desahogo para los que están más abajo en la escala salarial», sostuvo. De todos modos, insistió con la necesidad de una modificación más amplia para hacerlo un impuesto «más progresivo aún». Sobre las paritarias, aclaró que deberán ser anuales porque de lo contrario «se alimentan los sectores que buscan una devaluación», pero aclaró que los gremios que integran su central mantendrán su objetivo de aumentos en torno del 25%.

Fuente: Ámbito.com