Importadores reclaman al BCRA extensión de pago anticipado a 180 días para cumplir contratos

La Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina (Fecacera) envió el jueves pasado una nota al presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, para reclamar una extensión de 120 a 180 días en el pago anticipado de los insumos.

El BCRA había reducido el plazo máximo previsto para demostrar el ingreso aduanero de los bienes, en caso de pagos anticipados de importación, de 365 días a 120 días.

“El nuevo plazo fijado, de 120 días, no contempla lo que ocurre en la realidad, ya que el mero proceso de importación toma 120 días, lo cual lo torna de difícil cumplimiento. Esto llevará a innumerables gestiones de pedidos de prórrogas, complicando la provisión de insumos importados, muchos de ellos fabricados especialmente a pedido, complicando la producción industrial e incluso la exportación de bienes finales. Solicitamos contemplen la posibilidad de rever el plazo, llevándolo como mínimo a 180 días para productos en general”, dice la misiva, firmada por el presidente de Fecacera, Jorge Sobrero, y por el secretario, Aquiles Arus, a la que tuvo acceso El Cronista.

Norberto Delfino, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, advirtió que, de acuerdo a una encuesta que efectuaron entre sus 260 socios, más de la mitad manifestó que no llegaban a tiempo con 120 días, y que el plazo mínimo era de 180 días.

Sucede que las necesidades de la industria no siempre se refieren a bienes ya fabricados, sino en muchas ocasiones deben realizarse a pedido. “Lo que va a pasar si no amplían el plazo es un agravamiento innecesario de las dificultades para producir, en un momento crítico para la industria y una sobrecarga burocrática para el BCRA, que deberá gestionar todas las excepciones o prórrogas”, sostiene Delfino.

A su juicio, desde que sale la orden de compra y el anticipo, hay un tiempo hasta que se pone en marcha la producción, que puede llevar 15 días. Luego, viene la etapa de diseño, el ajuste de diseño, y el tiempo de producción propiamente dicho. En muchas ocasiones, la fábrica se encuentra a 1.000 kilómetros del puerto más cercano, y allí va a un depósito fiscal, ya que no hay un barco esperando especialmente por esa carga, sino que puede demorar hasta 15 días.

“Después hay que tener en cuenta el tiempo de navegación según el tráfico naviero. No queremos amparar ninguna actitud especuladora y que las divisas se usen bien, pero es distinto cuando te fabrican algo a medida que cuando la mercadería la tienen ya en stock y la pueden despachar en forma inmediata”, detalla Delfino.

Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la Argentina, aclara que los bienes de capital siguen manteniendo los 365 días, pero determinadas empresas requieren insumos intermedios, partes o piezas especiales para incluir en una mercadería, que con 120 días puede no alcanzarle: “En especial si son productos que se tienen que elaborar a pedido, y el proveedor no tiene stock, sino que debe producirlo especialmente y salir a conseguir la materia prima. Para un producto textil, como ropa interior o trajes de baño, por ejemplo, donde se necesiten talles y colores especiales”.

Otro de los problemas que afrontan los importadores es la deuda que tiene el Banco Central por el giro de divisas. Según Santisteban, el piso que calculan los economistas es de u$s 4.700 millones, y el máximo de u$s 5.600 millones. Desde su óptica, los mayores retrasos son con la industria automotriz (u$s 2.500 millones) y con los ensambladores de Tierra del Fuego (u$s 1.300 millones), justamente los dos sectores que recibieron cupos del gobierno.

Fuente: elcronista.com