La UE no logró imponer un impuesto a los bancos pero los controlará más

La UE se dotó de nuevas armas para evitar repetir los errores de la última crisis, al decidir que la Comisión Europea examine los presupuestos de sus Estados miembros y reforzar la vigilancia de los bancos, aunque su proyecto de imponer una tasa a esas entidades sigue encallado. Reunidos en Bruselas, los ministros europeos de Finanzas concluyeron buena parte de su trabajo de los últimos meses destinado a sacar lecciones de la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, con un balance mitigado.

Por un lado, los 27 aprobaron definitivamente el "Semestre europeo", una iniciativa por la que la Comisión Europea -el ejecutivo comunitario- examinará a partir de 2011 los presupuestos anuales de cada uno de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) antes de que éstos sean aprobados por los respectivos parlamentos. El objetivo será detectar los principales riesgos y orientar a los gobiernos para que corrijan a tiempo cualquier desequilibro de sus finanzas públicas que pueda afectar al resto de socios europeos.

De esta manera se espera evitar casos como el de Grecia, cuyo riesgo de bancarrota amenazó durante el primer semestre del año los cimientos de la Eurozona -integrada por 16 países de la UE-, obligando a aprobar un plan de rescate económico internacional. Pero los países de la UE no lograron ponerse de acuerdo sobre un compromiso para endurecer las sanciones contra los Estados que no tomen medidas para corregir sus déficits públicos, pese a mostrarse determinados a ello cuando estalló la crisis de la deuda soberana que, además de Grecia, afectó principalmente a España, Irlanda y Portugal.

"Estamos estudiando todo un abanico (de medidas) pero no hay nada decidido por ahora, el examen jurídico sigue su curso", explicó la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde. Paralelamente, los ministros atacaron un segundo frente: la supervisión de los bancos, aseguradoras y mercados, en el origen de la última crisis económica mundial.

Los 27 validaron un acuerdo ya cerrado la semana pasada sobre la creación de tres entes europeos que supervisarán el sector financiero en los distintos países, así como un Comité de Riesgo Sistémico que alertará a las autoridades nacionales en caso de peligro para la estabilidad financiera general. "En cada uno de nuestros países, la mitad de los bancos pertenece a otro Estado", de ahí la necesidad de crear "la pantalla radar y la torre de supervisión europea", declaró el comisario europeo de Servicios Financieros, Michel Barnier. Este acuerdo deberá ser avalado por el Parlamento Europeo, probablemente a fines de mes, para que las nuevas agencias puedan entrar en funcionamiento en enero de 2011.

El éxito de esa reforma se vio empero empañado por la falta de compromiso en la imposición de una tasa sobre las transacciones financieras, que buscaría asegurarse de que las futuras crisis del sector las asuman los bancos y no las siga pagando el contribuyente con su bolsillo, mediante planes de rescate públicos.

Este gravamen es defendido principalmente por Francia, que desea que sea aplicado a nivel internacional, y Alemania, que, consciente del rechazo que la idea suscita entre los países emergentes o Canadá, se conformaría con un acuerdo en el seno de la UE. España y Suecia se hallan entre los detractores de esa tasa.

"Creemos que podría ser perjudicial para los ingresos fiscales y colocaría muchas actividades financieras fuera de Europa", previno el ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, hablando por experiencia propia. Suecia implementó una tasa sobre las transacciones financieras en los años 80 pero tuvo que abandonarla al constatar que parte del volumen de los intercambios financieros se había deslocalizado a Londres.

(Ambito.com)