ECONOMÍA

La industria bajó su participación en el PBI y el empleo

La industria manufacturera redujo en los últimos años su incidencia en el Producto Bruto Interno y en el empleo, según un informe dado a conocer hoy por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

La entidad afirmó también que la protección arancelaria y la sustitución de importaciones "no garantizan la integración de la Argentina en redes globales de producción industrial". El documento remarcó que los sectores de la construcción y los servicios aumentaron desde 2007 su participación en el producto real, y comparó que, en cambio, el sector primario (agricultura, ganadería y pesca), y la industria manufacturera entre 2003 y 2012 redujeron su peso.

El director del Programa de Integración Global de CIPPEC, Lucio Castro, sostuvo que "Argentina muestra una tendencia similar a la de otros países de la región como Chile o México, en los que el peso de los servicios aumentó en la última década".

Según indicó, la participación del sector manufacturero en el PBI alcanzó un máximo del 25 por ciento en 2003, pero se redujo desde entonces hasta 2007, con una marcada caída en 2011. El estudio también destacó que la contribución de la industria a la tasa neta de creación de empleo registrado fue "limitada e incluso decreciente entre 2003 y 2012", y dijo que las principales fuentes de generación de trabajo registrado fueron los servicios y la construcción, con una participación creciente del sector público a partir de 2008.

En este sentido, Castro advirtió que "la tendencia a la formalización laboral en la industria manufacturera se estancó e incluso se revirtió levemente desde 2008".

Según CIPPEC, el costo laboral unitario industrial superó en 2007 el índice previo a la Convertibilidad y se ubica hoy casi un 30 por ciento por encima del valor de 2001. "La oferta laboral argentina, de salarios medios altos y productividad modesta, en un contexto de fuerte competencia global en manufacturas, con países de bajos salarios como China y sus vecinos, pone en duda las posibilidades de éxito de un modelo industrializador basado sobre la protección arancelaria y la sustitución de importaciones", evaluó Castro. Al respecto, el informe planteó que, dada la fragmentación transnacional de la producción, la industrialización está determinada en la actualidad por la capacidad de integrar redes globales a través del desarrollo de segmentos competitivos en algunos eslabones específicos. "Estas características implican decirle adiós a las modalidades tradicionales de industrialización por sustitución de importaciones de cadenas productivas enteras, ya que el proteccionismo aumenta los costos de los sectores industriales locales altamente dependientes de los insumos extranjeros", concluyó.