PyMEs

Las tasas que pagan las PyMEs por financiarse crecieron 6 por ciento en los últimos meses

Un cóctel de mayor cantidad de instrumentos de deuda emitidos por pymes y una demanda más floja por parte de los fondos comunes de inversión, –por una restricción de liquidez y por la búsqueda de mayor rentabilidad–, hicieron subir en un par de meses seis puntos porcentuales, tanto en las emisiones de cheques de pago diferido como de obligaciones negociables (ON).

Sólo en octubre, ambas tasas subieron tres puntos básicos.

Los cheques de pago diferidos avalados a un año se descontaban a una tasa de 18,86% al 23 de agosto y pasaron a descontarse al 26,3% en la misma época de octubre. En tanto, la tasa de los patrocinados a 120 días (el mayor plazo negociado) subió de 24,91% a 27,59%.

Entre las ON, hasta mediados de agosto las pymes pagaban sobretasas negativas sobre la Badlar, de la mano de una gran afluencia de fondos de las aseguradoras a los FCI pymes, que son parte del menú del inciso k.

Pero desde hace un par de meses la sobretasa empezó a trepar hasta llegar a los 550 (lo que pagó Ecipsa Holding, a a tres años, el 21 de octubre pasado).

Sucede que en los últimos meses, los fondos comunes de inversión (FCI) pymes, principales compradores de estos instrumentos, dejaron de crecer estacionándose en un patrimonio promedio de $ 2.500 millones desde hace cinco meses y ganaron mayor volatilidad. Hasta julio estos fondos crecían de la mano del inciso k (un 30% está en manos de las aseguradoras, según datos de GPS Investments), pero desde agosto están sufriendo rescates de la mano de inversores que buscan mayor rentabilidad o cobertura frente a la devaluación.

“Si bien no hay plata fresca, las inversiones en cheques se van renovando con nuevos rendimientos. Las compañías de seguros arbitraban a los FCI Pymes, que rescatan a la Badlar menos 100 contra otros instrumentos del inciso k que rinden más”, indicó un colocador que prefirió no ser nombrado. “Se da prioridad a las emisiones de ON pyme, que ahora salen más agresivas, y se descuida la negociación de cheques. Los cheques están en su techo”.

Los FCI Pymes tienen un límite mínimo del 75% para invertir en ese segmento, que muchos ya alcanzaron. “Si están por encima de ese límite están más relajados y no salen a comprar a cualquier precio. Lo que se invierte es lo que se va venciendo, que es menor”, explicó Christian Hejeij, de GPS Investments. “El sobreprecio (negativo) era porque no había activos y no llegaban al 75%. Ahora hay más oferta y fueron cumpliendo el límite”, agregó.

“Hubo un tema de iliquidez en el mercado, y allí una elección de donde poner los fondos”, coincidió Horacio Tommasini, presidente de la Cámara Argentina de Sociedades y Fondos de Garantía. “Mucha gente se pasó a instrumentos relacionados con el dólar por rumores que decían que después de las elecciones iba a haber un ajuste más dramático. En vez de renovar operaciones en pesos, se buscó dollar-linked”, explicó.

Por el lado de la oferta, las pymes emitieron más instrumentos para aprovechar las tasas bajas. “Han crecido los fondos de riesgo, con más tamaño y más capacidad de generar oferta”, dijo Hejeij.

Entre los FCI repercutió, además, la nueva ley de mercado de capitales. “No ha habido flujos nuevos en los FCI Pyme, y con el tope de liquidez del 10%, la industria se está cuidando un poco más. Los FCI priorizan determinadas emisiones”, agregó el colocador. “Muchas veces cuesta colocar los cheques”. Sobre todo los de las pymes más pequeñas. El cheque propio o de terceros descontado en la bolsa es una herramienta que sirve a las pymes para obtener fondos en sólo 72 horas.

Distintos valores

Algunos fondos también dejaron de invertir en el tramo corto de los cheques hasta que no estuvieron seguros de que no prosperaría el cambio de valuación de activos impulsado por la reglamentación de la ley de capitales, ahora suspendido por la CNV. “Muchos FCI no quieren ir por temor a que se vuelva a reflotar. No van a más allá de cuatro meses de plazo en los cheques, porque pasado ese plazo, si se llega a retrotraer la suspensión, tendrían que valuarlos a precio de mercado”, explicó el colocador.

Para las pymes el encarecimiento de su fondeo es una mala noticia inevitable. “La demanda de cheques se está regularizando. Pero la normalidad va a ser en una tasa más arriba de lo que veníamos viendo, porque los inversores no quieren colocar debajo de la inflación”, dijo Tommasini. “La tasa tiene que ser competitiva para que haya compradores. Las pymes se habían acostumbrado a una tasa negativa frente a una devaluación de 10 puntos más. En el corto plazo no se va a repetir”.

El gobierno incentiva las financiaciones al segmento pyme mientras las SGR están abocadas en encontrar más inversores institucionales, sobre todo en el ámbito corporativo. “El hecho de que el cheque avalado es de casi riesgo cero para el inversor –porque si la pyme no paga, lo que pasa muy de vez en cuando, a las 48 horas la SGR coloca los fondos– es una tranquilidad”, explicó Tommasini.

Fuente: Cronista.com