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"Le pido a los empresarios brasileños que no compren empresas argentinas, asóciense"

Ovacionado de pie como pocas veces se vio en un Coloquio de IDEA, el expresidente del Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, fue el encargado de abrir la 48° edición del evento empresario más convocante del país que corrió su telón la noche del miércoles en la ciudad de Mar del Plata y donde hizo un fuerte llamado a la unidad de la Argentina y Brasil.

Uno de los puntos más fuertes del discurso del expresidente fue cuando les exigió a los empresarios argentinos y brasileños unirse para crear empresas binacionales que compitan en el primer mundo. "Quiero pedirle a los empresarios brasileños que no compren empresas argentinas. Asociemos a empresarios argentinos, así podemos hacer empresas grandes para competirles a las del primer mundo". Dijo que hoy está todo dado para lograrlo desde el lado de las capacidades, pero que "hace falta tener la sabiduría para hacerlo". "Ningún brasileño y ningún argentino puede mirarse uno al otro como adversario, como competidores, tenemos que vernos pensando que sería de Argentina sin Brasil y que sería Brasil sin Argentina", remarcó.

Si bien, es sabido que el empresariado vernáculo admira el crecimiento que de la mano de Lula logró el país vecino, lo que no estaba previsto era que aplaudieran de pie a un político que durante varios pasajes de su discurso fue un espejo de las alocuciones de Cristina de Kirchner. Es que finalmente, no hay tanto desacuerdo en el modelo, sino en el estilo.

Los bancos y las calificadoras de riesgo fueron el blanco de sus primeras críticas. "Los bancos que pronosticaron crisis en Brasil y Argentina durante años, no vieron ni una semana antes que ellos mismos quebraban", se despachó. Y agregó que "clos organismos de crédito nos querían imponer soluciones, pero cuando llegó el turno a países como EEUU con esas soluciones no pudieron evitar nada".

Como Cristina de Kirchner, resaltó números de crecimiento de Brasil y la Argentina y dijo que los países ricos deberían tomar nota de las políticas de los gobiernos de Latinoamérica. "Con mucha humildad esas personas que durante tanto tiempo fueron tan arrogantes con nosotros y nos dieron tantas lecciones de moral, creo que hoy deberían preguntarnos: ¿Cómo hicieron ustedes para evitar el desempleo, para ayudar a los pobres?", sentenció desatando una ovación entre los cientos de empresarios que colmaron el salón principal del Sheraton de esta ciudad balnearia.

También atacó duramente a los países ricos al asegurar que "en el auge de las crisis de Lemhan Brothers, los gobiernos actuaron para evitar la quiebra del país pero ignoraron al pueblo, ayudaron a los bancos pero olvidaron a los trabajadores".

Además, reseñó que hoy empiezan a verse señales de recuperación en EEUU, pero alertó que las consecuencias no fueron enfrentadas por los países del primer mundo. En línea resaltó que "hoy el problema no es solamente económico. Hoy es fundamental apelar a la política para enfrentar los retos que tenemos".

Lula fue muy crítico sobre la eficacia del G-20 y principalmente de sus escasos puntos de acuerdo. "Yo defiendo la regulación financiera, el fin del proteccionismo y propuse una reforma de los organismos multilaterales. Mucho se habló de estos cambios en reuniones del G20 pero casi nada se ha hecho". Y remató: "Siempre tuve la impresión que esas charlas del G-20 se olvidaban en el momento que los presidentes llegaban a sus países".

Pero no sólo tuvo tiempo para despacharse contra los países ricos y los organismos multilaterales, sino que además hizo una fuerte crítica a los políticos argentinos. "No soporto ver hoy a políticos argentinos que miran a EEUU o la UE. Recuerdo la época en que Cardozo y Menen competían por quien era más amigo de Clinton", disparó.

Además, fue muy elogioso del gobierno de Cristina y Néstor Kirchner así como también de su sucesora Dilma Rousseff. "Hoy con mucho orgullo puedo decirles que hicimos en poco tiempo de 10 años, mi gobierno y el de Dilma y el de Néstor y Cristina, más de lo que otros hicieron en 50 años para desarrollar a América del Sur", dijo.

Sin embargo en algunos puntos pareció distanciarse del Gobierno al asegurar que el ahorro fiscal y el control de la inflación son clave a la hora de mantener una sustentabilidad en las economías y resaltó que eso fue piedra fundamental para el crecimiento de Brasil en la última década.

Pese al tono crítico, Lula mostró sus dotes de encantador de masas y sedujo a empresarios con un discurso en el que no faltaron momentos divertidos. Bromeó varias veces desde el estrado con José Manuel De la Sota, a quien conoce desde 1990 cuando gobernador cordobés era embajador argentino en Brasil, pero ignoró olímpicamente a Hugo Moyano quien esperaba compartir mesa principal con el invitado estrella, pero debió conformarse con ser comensal de la mesa dos "Un reto importante para Brasil será organizar los Juegos Olímpicos de 2016 y el Mundial de 2014, así que no se les ocurra a los argentinos ganarnos el Mundial", exigió ante la risa de los presentes y recordó el "Maracanazo" de Uruguay en 1950.

Fuente: Ambito.com