POLÍTICA ECONÓMICA
Polémica por el giro de u$s 400 millones al FMI
El desembolso de u$s 400 millones que efectuará el Gobierno a favor del FMI generó todo tipo de polémicas en las últimas horas. La decisión, que ya fue refrendada por la Cámara de Diputados, es parte de la decisión del organismo de incrementar su capital, con lo cual todos los países deben efectuar un aporte adicional. Claro que surgieron voces que alertan que la intención es, en realidad, acceder a nuevas líneas contingentes del organismo internacional, que podrían sumar hasta u$s 1.600 millones adicionales para fortalecer las reservas, en momentos en que el stock del Banco Central está sufriendo una caída significativa.
Un artículo publicado el viernes por la agencia Bloomberg indicó que "la presidenta Cristina Kirchner, usualmente crítica del Fondo, autorizó el pago de u$s 400 millones al organismo para tener derecho a una línea de emergencia". Claudio Loser, exdirector del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, indicó que "la Argentina hace esto para asegurarse más liquidez. Una vez que la ampliación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) sea aprobada, el Gobierno podrá utilizarlos casi inmediatamente como si fuera efectivo". La Cámara de Diputados aprobó hace diez días la ampliación de la participación argentina en el FMI, que en teoría le permitirá al Gobierno hacerse de 1.600 millones de dólares en concepto de giros si Estados Unidos lo autoriza. Como se estaba discutiendo la reforma judicial, la decisión pasó prácticamente inadvertida.
Sin embargo, la consultora Empiria indicó que la reciente aprobación parlamentaria de la recapitalización del FMI "no producirá variación alguna en el nivel de reservas. No se trata de una asignación de fondos del organismo hacia sus miembros (como la del año 2009, que representó para nuestro país un ingreso imprevisto de uSs 2.700 millones), sino de un aporte de capital de éstos hacia aquél". En términos prácticos, señala la consultora que preside Hernán Lacunza que "el BCRA debe girar divisas por unos u$s 400 millones, y pasará a tener un crédito en el FMI que igualmente forma parte de las reservas del BCRA. En definitiva, las reservas del BCRA no variarán en monto, aunque sí en su composición (más DEG y menos divisas)". Se supone, de todas maneras, que esta capitalización les dará a los países miembros la posibilidad de acceder a nuevas líneas crediticias del organismo, pero esto no será automático ni mucho menos. Es más, desde que la Argentina decidió no aceptar más supervisiones anuales de los técnicos del Fondo (en el marco del denominado artículo IV), la relación tuvo un importante deterioro. Y el FMI está amenazando con sanciones al país por la falta de estadísticas confiables, especialmente en relación con el índice de inflación.
En realidad, si bien la Argentina está efectuando un nuevo aporte de capital al Fondo, en la práctica su participación estará cayendo del 0,88% al 0,67%. El diputado Alfonso Prat Gay destacó en su exposición en el Congreso que la Argentina "pone el 25%, pero recibe en DEG el equivalente al 100% de lo que le corresponde por su cuota. Por lo tanto, como ya ocurrió en 2008, efectivamente van a aumentar las reservas del Banco Central como consecuencia de este aporte de capital, siempre y cuando lo apruebe Estados Unidos". "Cuando aprueben lo que hoy estamos discutiendo -agregó-, entonces sí la Argentina recibirá esos 1.070 millones de derechos especiales de giro, que equivalen aproximadamente a 1.600 millones de dólares. Por lo tanto, van a aumentar las reservas", precisó. Las precisiones del Gobierno fueron prácticamente inexistentes en relación con este aporte que se realizará al FMI. Lo que está claro es que el aumento del aporte global implicará una mayor presencia de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que alcanzarían el 14,76% del organismo, lo que significa un incremento en el peso de los emergentes. Si a esto se suma otro 1,59% de la silla que integra la Argentina con otros cinco países se llega a más del 15%, lo que brinda poder de veto ante determinadas decisiones del organismo.
Fuente: Ámbito.com