Por efecto inflación, argentinos saturan cajeros automáticos

La alta inflación, el aumento de bancarizados, la baja nominación de los billetes en circulación y la automatización de los servicios financieros exigen un mayor uso de cajeros automáticos, lo que hace que el sistema en la Argentina esté desbordado. Es que no sólo hay una reducida cantidad por habitante, sino que muchos de ellos se encuentran en pésimas condiciones y su renovación es escasa.

En el país existen 54 cajeros automáticos cada 100 mil adultos, según datos del Banco Mundial relevados por un informe de Quantum Finanzas, un número muy inferior a España o Brasil, en donde hay 138 y 119, respectivamente, cada 100 mil personas. Si bien desde 2004 la cantidad de cajeros creció exponencialmente en el país, no lo hizo al ritmo de las necesidades. Es que la alta intensidad de uso genera una importante reducción de su vida útil.

Hay que tener en cuenta que mientras una extracción promedio ronda los 4,5 billetes en el mundo, en la Argentina llega a 13, casi tres veces el valor promedio. Por lo que se necesitaría una renovación de por lo menos 4 mil equipos al año, aproximadamente un tercio de los 18.400 existentes en el país. Pero lejos se está de alcanzar esos objetivos: en el último año sólo se renovaron 1.600 cajeros, por lo que es habitual toparse con maquinaria fuera de servicio o en paupérrimas condiciones debido al deterioro del parque actual de equipos.

Otro de los factores que ayudan a que las máquinas se vean en malas condiciones es el aumento de beneficiados de la seguridad social que utilizan el sistema para cobrar sus planes mensualmente. En la actualidad son más de 19,5 millones de personas que usan los cajeros para este servicio.

Se suma, además, que las extracciones para las cuentas sueldo son gratuitas y que muchos servicios se pagan cada mes a través de los cajeros automáticos.

Su distribución también es uno de los puntos críticos: como si fuera poco, la mayoría de éstos se encuentran concentrados en el Área Metropolitana de Buenos Aires, pero sólo vive allí poco más de un tercio de la población, por lo que cumple las necesidades de un grupo reducido de argentinos. Y si bien se incrementó en un 136% la cantidad de cajeros desde 2004, el país sigue teniendo una cantidad muy inferior en relación con los habitantes en comparación con otros países emergentes de la región.

La creciente bancarización es un hecho y eso se refleja en números. Las transacciones por cajeros automáticos crecieron hasta alcanzar en la actualidad los 100 millones mensuales y se presta servicio a más de 30 millones de "tarjetahabientes".

Por lo que los cajeros se vieron fuertemente exigidos ante el aumento de los montos extraídos producto de la crecida inflación y las invariables denominaciones de los billetes: sólo entre 2008 y 2013 el monto extraído por cajeros se multiplicó 3,5 veces. Eso obliga a que las recargas sean incesantes durante un mismo día, lo que desgasta aún más la maquinaria y perjudica su funcionamiento.

No sólo es necesario incrementar el número de cajeros en el país, sino renovar las flotas y expandirlos más allá de las sucursales bancarias, para así responder a las exigencias de hoy.

Fuente: Ambito.com