Por el boom de turistas hay demoras de hasta una hora para cenar en Puerto Madero

Con el espaldarazo del turismo, los restaurantes de Puerto Madero recuperaron vigor. Con una imagen más parecida a la de años atrás cuando la devaluación volvía tentador los precios locales, los salones volvieron a rebosar de comensales.

La principal razón para este revivir es la vuelta del turismo. En julio creció un 95,4% la cantidad de turistas contra el mismo mes del año pasado, cuando la Gripe A paralizaba al mundo. Traducido en personas, significó que la Ciudad recibió 237.066 visitantes el mes pasado.

Aunque muchos están rumbo a otros destinos, en general pasan algunas horas en la ciudad y, aprovechan y visitan la oferta de la zona de Puerto Madero en busca de la tranquilidad que genera comer a metros de los espejos de agua. Sin embargo, esa tranquilidad se puede transformar en fastidio en pocos minutos frente a la imposibilidad de conseguir un lugar para poder almorzar o cenar.

La Parolaccia Trattoria es uno de los restaurantes que convoca por nombre y por precio –$ 64 medio día, $ 84 de noche según Guía Óleo– y su puerta lo demuestra. “Tenemos mucha demora consecuencia de mucha afluencia de turistas que se suman a la clientela local”, confiaron desde el local.

Pero si alguien tiene poco tiempo y decide no esperar, puede optar por “Marcelo”. Ubicado en la misma zona, posee un salón para albergar a 170 comensales y, de jueves a domingo, lo llena. “Estamos teniendo mucho público brasileño”, explicaron a El Cronista desde el restaurante de pastas que cuesta, en promedio $ 140 por persona. “Estamos teniendo demoras, en especial de noche”, agregaron.

Si las pastas no son su fuerte y prefiere ir por la carne, también tiene que pensar en esperar una hora como mínimo. Por lo menos eso es lo que sucede en Cabañas Las Lilas. “La espera es una tendencia en crecimiento en este restaurante”, explicó Gastón del Valle, jefe de salón del lugar. “Para conseguir una mesa, en especial de noche, lo más conveniente es reservar en lo posible con un día de anticipación”, agregó el hombre que maneja un salón para 380 comensales y que, de lunes a lunes, tiene un promedio de 1.000 cubiertos diarios.

Pero lo que antes sucedía sólo en los lugares “populares”, se trasladó a la gran mayoría de los locales comerciales del barrio porteño. “Nosotros nos organizamos por horario”, explicó Horacio, relaciones públicas del exclusivo restaurante de cocina de autor Chila. “Organizamos turnos de 25 a 30 personas, y por noche hacemos en total 60 o 70 cubiertos, de esa manera evitamos la espera”, agregó.

Por lo visto, comer en Puerto Madero nuevamente dejó de ser una cuestión sólo de capacidad adquisitiva y volvió a ser un ejercicio de paciencia.

(El Cronista)