ECONOMÍA

UIF reportará operaciones que realicen petroleras en Malvinas

El titular del organismo, José Sbatella, advirtió que no se le reconoce a las autoridades malvinenses la capacidad de legislar de forma independiente de la Argentina. El objetivo es investigar si existe lavado de activos y evasión de fondos.

El gobierno prepara una nueva etapa de la campaña de acciones legales y administrativas contra las empresas británicas que explotan hidrocarburos en el Atlántico Sur. El nuevo capítulo está concentrado en la condición de “paraíso o guarida fiscal” de las Islas Malvinas (tax haven, según la expresión en inglés), una definición que obliga a reportar como “operación sospechosa” a cualquier compraventa de acciones o inversión comercial que provenga del sistema bancario de las islas. Las medidas estarán a cargo del titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), el economista José Sbatella.

Representante de la Argentina ante el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), como también ante el GAFI-Sud (que agrupa a los países del hemisferio sur), Sbatella estudió los antecedentes de la legislación tributaria de Malvinas. También puso bajo la lupa la clasificación que se hace de las islas en el sistema financiero global. En la Web, por ejemplo, un ranking dirigido a los emprendedores con los mejores lugares para vivir, se define a las Falkland Islands, en inglés, como “moderate tax haven”, cuya traducción significa “paraíso o guarida fiscal moderada”.

Las medidas que vaya a tomar Sbatella cumplirán con un criterio esencial de la estrategia diplomática argentina. Las acciones que se pongan en práctica mantendrán el principio histórico de no reconocer legalmente la potestad de los británicos, ni tampoco de los isleños, para fijar tributos sobre el territorio de las islas. “No se les puede reconocer la capacidad de legislar de forma independiente de la Argentina continental”, explicaron a Tiempo Argentino desde la UIF.

Esta situación, sin embargo, no impedirá que Sbatella denuncie operaciones de lavado de activos en el sistema bancario de las islas. O que proteste por la radicación de empresas en Malvinas a partir de los incentivos fiscales que ofrece la administración del archipiélago, hoy a cargo del diplomático Nigel Haywood. Además, en el gobierno buscan evitar que las petroleras británicas que cotizan en la Bolsa de Londres vendan acciones a agentes bursátiles que operan desde Buenos Aires.

“Estamos estudiando si las operaciones que se realizan en Malvinas violan alguna de las recomendaciones internacionales contra el lavado de activos. Nosotros no vamos a reconocerles la capacidad para fijar tributos, pero esa situación no nos va a limitar en ejercer el control que corresponde. Vamos a controlar que no nos perjudiquen, que no fomenten actividades económicas en las islas en función de las ventajas que ofrecen”, adelantó Sbatella a Tiempo.

El titular de la UIF participa regularmente en las reuniones del GAFI central, que se realizan en París tres veces al año. Sus advertencias tuvieron una primera muestra en las notas firmadas por el canciller Héctor Timerman, que la semana pasada fueron presentadas ante el titular de la Bolsa de Londres, Christopher Gibson Smith, y ante las autoridades de la Bolsa de Nueva York. “La Cancillería les está diciendo que también van a ser investigados por lavado de activos y evasión de fondos”, explicó Sbatella.

La clasificación de Malvinas como “paraíso, refugio o guarida fiscal” es motivo de debate según las fuentes que se consulten. Para la legislación de España, Portugal y Perú, las Malvinas son un paraíso fiscal; para la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el archipiélago no reúne todos los requisitos para ser definido de esa forma.

En lo que no hay diferencias es en el reconocimiento de que las Malvinas, como mínimo, son un territorio de “baja imposición fiscal”. Eso significa que el gobierno de las islas intenta fomentar las inversiones con incentivos fiscales. Los estímulos consisten en garantizar opacidad en la identificación accionaria, lo que impide individualizar a los dueños en última instancia de las sociedades anónimas, las sociedades off-shore o los fideicomisos.

Los paraísos fiscales se caracterizan por el secreto bancario y por los criterios extremadamente restrictivos para el intercambio de información con otros Estados y territorios. Eso favorece la fuga de capitales hacia esos enclaves financieros. Los inversionistas extranjeros llegan atraídos por impuestos mínimos o inexistentes: son las leyes del capital. Un ex gobernador británico de Malvinas, Chris Simpkins, reconoció hace unos años que las islas “eran independientes en materia de impuestos” y que el gobierno central de Londres “no ordena qué hacer” en ese aspecto.

“El Reino Unido considera que todos sus territorios de ultramar, no sólo estas islas, deberían ser más autosuficientes. Hay territorios de ultramar y hay diferentes grados de soberanía y de autodeterminación. Las Falklands son quizá el que más alto grado de autosustentación tienen”, declaró Simpkins, quien encabezó el gobierno de las islas entre 2003 y 2007. Según Simpkins, la administración del archipiélago impone un nivel de presión impositiva “relativamente bajo”, porque en Malvinas no se pagan impuestos a los combustibles ni IVA.<

La clave

COPPPAL. Representantes de más de 60 partidos de la región que conforman la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL) –que preside Antonio Cafiero– manifestaron en un documento su respaldo al reclamo del Estado argentino.

El doble standard de los británicos

El Reino Unido, como integrante del Grupo de los 7 (el foro que agrupa a los países industrializados con mayor poder económico y militar que en 1998 se amplió con Rusia), tiene un rol importante en el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Ese grupo establece políticas y recomendaciones contra el lavado de activos. Fue creado en 1989 por el propio G-7. En los últimos años, sobre todo a partir de septiembre de 2001, el GAFI central exigió más control en dos aspectos vinculados al lavado de dinero: el financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la producción de armas de proliferación masiva. Pero al mismo tiempo que se reclamaba endurecer las leyes en estos rubros, se descuidó la lucha contra “los paraísos fiscales”.

Esos territorios libres de impuestos, con secreto bancario y artificios legales que mantienen oculta la identidad de los accionistas, son propicios para las operaciones ilegales, vinculadas a tráfico de armas, narcotráfico, trata de personas y otros delitos a escala internacional. La Argentina es uno de los países que viene reclamando desde hace años por un endurecimiento de la legislación contra los paraísos o guaridas fiscales, lo que en inglés se llama tax haven. Una de las primeras reacciones de los presidentes europeos tras el estallido de la crisis financiera fue proponer medidas más duras contra esos enclaves sin control financiero. La propuesta, luego, se fue desvaneciendo. Entre los territorios de ultramar que fueron colonias británicas, los enclaves que forman parte del Commonwealth, hay unos cuantos paraísos fiscales: Anguila, Bermudas, Vírgenes Británicas, islas Caimán, Gribaltar, las islas Turcas, Caicos, entre otros. En el gobierno argentino, que en los últimos años accedió a endurecer su legislación penal contra el lavado (la llamada Ley Antiterrorista es producto de eso), plantean que los países centrales tendrían que poner el mismo rigor en la legislación contra los paraísos fiscales.

Fuente: Tiempo Argentino