INFORMACIÓN GENERAL

Un pequeño emirato árabe se ha convertido en el mayor inversor inmobiliario del mundo

El Emirato de Qatar, un país con una superficie igual a la mitad de Tierra del Fuego y con una población similar a la de la ciudad de Rosario, es el mayor exportador de gas natural licuado del mundo y en 2010 se va a convertir en el primer inversor inmobiliario mundial, según un informe publicado por la consultora internacional Jones Lang LaSalle.

El pequeño país emergente, ubicado en la región del Golfo Pérsico, ha visto cómo crecía su riqueza de manera significativa durante estos últimos años gracias a poseer las terceras reservas de gas más grandes del planeta. Y su gobierno, deseoso de conservar esta enorme renta en un lugar relativamente seguro, decidió apostar de manera agresiva por el sector inmobiliario comercial de lujo, que en muchos países vio caer fuertemente sus precios y que tiene buenas perspectivas de recuperación para los próximos años. Además, si se tiene en cuenta la elevada volatilidad que hoy afecta a los mercados de renta fija y variable, es claro que esta estrategia apunta más a preservar el valor de los ingresos que a buscar altos rendimientos.

El caso de Qatar no es aislado: desde la crisis subprime en adelante, los grandes bancos estadounidenses tuvieron que aceptar fuertes inyecciones de capital provenientes de fondos soberanos emergentes para salvarse de la quiebra, y lo mismo ha venido sucediendo en distintos sectores de la economía. Por lo que no debería sorprender que un fondo soberano como el Qatar Investment Authority (QIA), con grandes tenencias en efectivo, haya aprovechado el ciclo bajista del mercado inmobiliario para comprar a buen precio edificios de primer nivel en distintas partes del mundo. Su estrategia se focalizó en una primera etapa en Londres, aprovechando la debilidad de la moneda británica.

Es así como el QIA está a punto de quedarse con el 100% de Songbird Estates, compañía que posee la mayor parte del exclusivo barrio de oficinas de Canary Wharf, que se desarrolló en el este de Londres en los años ‘80 para descomprimir la City. Este proyecto de recuperación de antiguos galpones portuarios (en el cual se inspiró Puerto Madero), alberga a las sedes de los principales bancos internacionales, como Citigroup, HSBC y Barclays, y se ha convertido en el símbolo del sector financiero londinense.

De acuerdo con el Financial Times, el fondo soberano de Qatar pagaría u$s 1.000 millones por quedarse con este 100%, que se sumaría a la reciente compra de la cadena Harrod’s (en u$s 2.300 millones) a través de otro fondo, Qatar Holding (QH); a la adquisición de la embajada de EE.UU. en Londres (se va a convertir en un hotel de lujo) y de la torre Shard of Glass que se terminará de construir en la capital británica en 2012 y que promete ser la más alta de Europa. Pero también se han embarcado en la construcción de un gran centro comercial, residencial y de oficinas en el exclusivo barrio de Mayfair y de otro proyecto inmobiliario de lujo en Chelsea Barracks. “Si uno puede conseguir activos de primer nivel a un precio de oferta, ¿por qué no hacerlo?”, afirmó Fadi Moussalli, director regional para Medio Oriente de Jones Lang LaSalle.

Además, su mayor fortaleza se debe al reciente aumento en el precio del gas exportado, lo que le permitió a Qatar alcanzar tasas de crecimiento del 17% en promedio durante los últimos 5 años, superior a la de sus vecinos de Arabia Saudita y Emiratos Árabes. Esos ingresos extraordinarios, que antes se dirigían a la compra de acciones y otros instrumentos financieros, con el actual contexto mundial se orienta a estrategias más conservadoras como el sector inmobiliario. “El principal objetivo de Qatar no es el de maximizar la rentabilidad, sino el de “estacionar” el dinero en algún lugar seguro y obtener un retorno aceptable. Si mañana tuvieran que poner estos activos en venta, seguramente encontrarán compradores”, sostuvo Matthew Richardson, de la consultora Fidelity International.

La mejor prueba de que la estrategia de Qatar es global lo muestra el hecho de que sus inversiones inmobiliarias exceden largamente el perímetro de Londres. Es así como se han convertido en propietarios de varios hoteles y casinos de lujo en la Costa Azul, Singapur, Marruecos y las islas Seychelles. “Ricos, con mucho efectivo y con un fuerte apetito por activos de lujo en el extranjero, los fondos de Qatar han eclipsado últimamente a sus homólogos de la región. Se prevé que continúe su rápida expansión en todo el mundo inmobiliario”, explicó el informe de Jones Lang LaSalle. En esta conquista mundial del real estate, tienen pensado ampliar sus horizontes a otros países emergentes de Asia, Europa del Este y América Latina, según la consultora. (El Cronista)