SRT | SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DEL TRABAJO

Un premio a una herramienta implementada por la administración pública argentina

La Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) distinguió a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) con un certificado de mérito en el marco del Premio de Buenas Prácticas para las Américas, por la creación e implementación de la ventanilla electrónica que posee el organismo desde el año 2008, dentro de la categoría que evalúa a las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas estratégicas de gestión.

En su discurso con motivo de la ceremonia que se celebró en Brasilia (Brasil), el 25 de mayo pasado, el Secretario General de la AISS, Hans-Horst Konkolewsky, señaló que “los enfoques innovadores de los miembros de la AISS en las Américas demuestran el extraordinario dinamismo que tienen los sistemas de seguridad social en las Américas, y confirman las respuestas creativas que buscan las instituciones de seguridad social en un contexto complejo que constituye un reto”. Un premio a una herramienta implementada por la Administración Pública de la Argentina

El premio de la SRT fue recibido por el Lic. Juan Pablo Zumárraga, Gerente de Sistemas del organismo, quien explicó que “la ventanilla electrónica ha sido un arduo trabajo que involucró a muchas áreas de la Superintendencia y nos sentimos muy orgullosos por esta distinción”.

Cabe destacar que la ventanilla fue creada y puesta en funcionamiento en el año 2008 como una nueva modalidad de comunicación entre los empleadores, las ART, la SRT y las Administraciones del Trabajo Locales (ATL), para optimizar la recepción y procesamiento de los reclamos y consultas que realiza la ciudadanía. Asimismo, el organismo constató que resultó un medio de comunicación efectivo y veloz y aumentó la eficiencia de las operaciones, lográndose inicialmente la resolución de reclamos en tiempos reducidos (5 a 10 días en el 95% de los casos), y encamina a la SRT a la puesta en marcha del Gobierno Electrónico.

El concurso se desarrolló entre diciembre de 2008 y marzo de 2009 y se recibieron 29 candidaturas, de las cuales 26 cumplían los requisitos planteados para el mismo. El jurado decidió desdoblar el premio y otorgárselo a dos organizaciones cuyas candidaturas lo merecían pero en distintas áreas prioritarias: al Instituto Nacional de Seguridad Social de Brasil, por su contribución al desarrollo de un sistema transnacional de intercambio de datos, y al Instituto Mexicano del Seguro Social, por introducir un sistema de gestión del rendimiento. Además el jurado también otorgó 24 certificados de mérito, siete de los cuales fueron con mención especial.

El criterio que tiene en cuenta la AISS en el proceso de selección del premio y certificados de mérito abarca varios aspectos, entre los que se destacan:

* ser actual: la práctica todavía debe estar vigente; tener objetivos claros: los destinatarios, los resultados previstos, el contexto que rodea la buena práctica y el problema que se afronta deben ser fácilmente identificables;

* demostrar un enfoque innovador: es decir, que se ha desarrollado una solución creativa/vanguardista para afrontar un problema o desafío específico, con el objetivo final de lograr la excelencia. Puede ser una solución completamente nueva o una práctica existente con cambios cualitativos (por ejemplo, el uso de una herramienta específica de gestión del rendimiento, cambios sustanciales en la estructura organizativa, introducción de un nuevo método de gestión del riesgo, una nueva infraestructura tecnológica);

* ser eficiente: es decir, la manera en que se utilizan los recursos y contribuciones empleados para aplicar la práctica ha de ser óptima (por ejemplo, recursos financieros y humanos, plazos, contribuciones técnicas y organizativas);

* ser efectiva: la práctica tiene que haber cumplido los objetivos establecidos o estar en proceso de realizar los resultados previstos. El impacto ha de ser mensurable o verificable. Esto significa que se ha realizado una evaluación o existe algún tipo de pruebas para demostrar su impacto y efecto;

* ofrecer experiencias didácticas: es decir, que se puedan extraer conclusiones útiles de la buena práctica (por ejemplo, puntos fuertes y débiles de la práctica, restricciones y dificultades afrontadas y las soluciones utilizadas para resolverlas);

* tener un potencial de replicación: la práctica puede servir como inspiración o modelo a otras administraciones de seguridad social que afronten problemas o desafíos similares. La práctica puede ser transferida y adaptada a un contexto particular.