FINANZAS

Ahorristas buscan títulos más largos

La toma de ganancias que sufrieron ayer no empaña el gran momento que están atravesando los bonos argentinos. El interés de los inversores se mantiene firme, especialmente desde el exterior, lo que se refleja en altos precios y una reducción de las tasas de interés. Anteayer el riesgo-país tocó el valor más alto de los últimos años, al rozar los 750 puntos básicos, aunque ayer hubo un leve rebote.

Las subas ahora se están concentrado sobre todo en los títulos más largos, que son los que tienen un margen de incremento más importante. Los bonos cortos ofrecen tasas más bajas y por un escaso período, como sucede con el Boden 2015, que vence en poco más de un año y ya cotiza por encima de los u$s 98. La curva de rendimientos de los bonos argentinos presenta una situación bastante inusual: está prácticamente aplanada. El Boden 2015, por ejemplo, rinde el 9,1%; el Boden 2017 tiene una tasa del 10,15% anual, mientras el rendimiento del Discount, que vence en 2033, es decir dentro de 19 años, llega a sólo el 10,5%. Por lo tanto, rinde prácticamente lo mismo un título a un año que otro de duración mucho más prolongada.

Otro de los aspectos relacionados con la evolución de los títulos es que desapareció la diferencia entre los bonos emitidos bajo ley argentina y los que se rigen por ley neoyorquina. Esto indica que a pesar de que el juicio iniciado por los fondos buitre parece haber entrado en una etapa decisiva, los inversores consideran que el riesgo de default disminuyó sensiblemente. Una posibilidad es que los tiempos del juicio se sigan alargando, por lo que habría tiempo para seguir negociando hasta 2015.

El bono Par pasó a ser uno de los más seguidos y el que más rebotó en las últimas jornadas. Por ser un título muy largo, vence en 2038 y es el que tiene la paridad más baja, de apenas u$s 44 por cada 100 de valor nominal. Lo atractivo de esta situación es que una caída adicional significativa del riesgo-país impactaría positivamente sobre todo en estos títulos de mayor duración.

La emisión de deuda vinculada con la compensación a Repsol también generó expectativa en el mercado. Algo que entusiasma a los inversores es la aparición de un nuevo título, el Bonar 2024, del cual se emitirán u$s 3.250 millones. Una vez que los españoles lo vendan, se transformará en uno de los títulos con más liquidez y será un nuevo referente (o "benchmark") para el tramo medio de la curva de rendimientos. Es decir que habrá más bonos para ir completando la curva.

En el caso de que este título resulte muy transado, crecería la participación de la Argentina en el mercado de deuda de países emergentes, que hoy es prácticamente nula. Esto ayudaría, por ejemplo, a que más fondos de inversión incorporen títulos argentinos.

El hecho de que la curva de rendimientos sea prácticamente plana implica dos opciones: o que los bonos largos rinden poco o que los cortos tienen una tasa demasiado elevada. Lo más probable es que de continuar el buen clima, se produzca una reducción adicional de rendimientos. La baja de tasas también permitirá a emisores locales acceder al mercado internacional en mejores condiciones. La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, estaría próxima a colocar bonos afuera por un total de u$s 1.000 millones, y ayer se anunció que el directorio de YPF aprobó la colocación de bonos por otros u$s 500 millones, aunque no se trataría de una transacción inminente.

Pero la reducción es todavía más notoria en los bonos corporativos. Los títulos bancarios, por ejemplo, subieron aún más que los soberanos y los rendimientos cayeron al 8% anual. El bono de YPF al 2018, por ejemplo, cotiza a u$s 106 y tiene un rendimiento del 7,2% anual. Fue colocado en diciembre al 9%. Pan American Energy 2021 es otro bono que cotiza por encima de la par (a u$s 103), lo que arroja un rendimiento del 7,2%.

Este panorama deja claro que tanto bancos como empresas podrían salir a financiarse a tasas de un dígito para plazos de cinco años o más. Sin embargo, al no haber planes de inversión en el horizonte será difícil que se produzcan colocaciones corporativas, más allá de las previstas por YPF.

Fuente: Ámbito.com