INTERNACIONAL
Brasil busca depreciar al real para devolver competitividad a su industria y reactivar la economía
El Banco Central recortó el costo del dinero por séptima vez consecutiva. Ya cayó 400 puntos básicos desde agosto. Dilma Rousseff busca depreciar al real para devolver competitividad a su industria y reactivar la economía. La devaluación de la moneda duplica en el año a la del peso. El real volvió a superar las dos unidades por dólar.
Brasil recortó la tasa de interés Selic de referencia por séptima vez consecutiva y la ubicó en su mínimo histórico de 8,5%, con el objetivo de sostener la senda devaluatoria del real e intentar impulsar a su estancada economía. El real se depreció ayer 1,46% y cerró a 2.0159 por dólar. La moneda brasileña cae 7,4% en el año, más del doble de lo que se depreció el peso argentino –3,88%– durante el mismo período.
El Banco Central de Brasil redujo su tasa de interés desde el 9% en el que estaba para llevarla al nivel más bajo de su historia.
Ante la desaceleración local y un empeoramiento de las perspectivas económicas mundiales, el Banco Central de Brasil encaró una política de flexibilización agresiva, rebajando 400 puntos básicos de su tasa de préstamos desde agosto, cuando estaba en 12.5%.
El recorte de 50 puntos básicos, de todas formas, supuso una desaceleración en el ritmo de alivio monetario, después de dos reducciones consecutivas de 75 puntos básicos en marzo y abril pasados.
La autoridad monetaria conducida por Alexandre Tombini parece haber abandonado todo temor respecto del control de los precios, y se ha enfocado en impulsar al crecimiento. En el comunicado posterior al recorte de tasa, el Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil (COPOM) consideró que los riesgos inflacionarios “permanecen limitados” y que “dada la fragilidad de la economía global la contribución del sector externo también ha sido deflacionaria”.
Tombini está acompañando la política de la presidenta Dilma Rousseff en su intento por reactivar la economía con una serie de recortes impositivos, incentivos de crédito para el sector industrial y la devaluación acelerada del real.
La pérdida de competitividad de la industria brasileña la mantuvo virtualmente estancada el año pasado y lo que va de este. A través del debilitamiento del real, Brasil busca impulsar las exportaciones de sus productos, pero mete presión a los otros gobiernos de la región.
El real es la moneda de la región que más terreno perdió frente al dólar en lo que va del año. A su caída del 7,4% la sigue, de lejos, el peso argentino, que retrocede 3,88% frente a la divisa estadounidense en lo que va del año. En mayo, las monedas de México, Chile y Perú también acumularon fuertes caídas, pero retroceden muy poco en términos comparativos con el real en lo que va del año. El peso mexicano cae 8,21% frente al dólar en mayo y 1,62% en el año, mientras el chileno retrocede 6,31% en el mes y permanece en niveles de principios de año. El Sol peruano también salió a la caza del real recién este mes, cae 2,6% desde fines de abril, y acumula un retroceso frente al dólar del 0,53% en el año.
Rousseff también está tratando de crear las condiciones para que las tasas de interés brasileñas –entre las más altas del mundo– sigan cayendo y presionar a los bancos para que fijen tasas más bajas tanto para los préstamos corporativos como individuales.
Su avance hacia una política monetaria expansiva ha afectado, incluso, a una antigua institución financiera de Brasil: las populares cuentas de ahorro a tasa fija conocidas como poupanças. Para poder bajar la tasa de referencia por debajo del 9%, Rousseff se vió obligada a modificar el marco legal de esas cuentas muy utilizadas por los ahorristas minoristas. La tasa que pagaban hasta hoy era mayor al 9%.
Fuente: Cronista.com

