LABORAL
CGT de Caló busca negociar en paritarias una cláusula gatillo de ajuste por inflación
Preocupada por la aceleración de la inflación en los últimos meses y en un gesto que revela su absoluta desconfianza con el flamante acuerdo de precios anunciado por el Gobierno, la CGT más cercana a la Casa Rosada, que conduce el metalúrgico Antonio Caló, decidió alentar a los gremios de la entidad a negociar en la inminente ronda la paritarias la inclusión de una cláusula gatillo que permita ajustar trimestralmente los futuros aumentos salariales en base al ritmo de la inflación. Esa posición, adelantada a El Cronista, por dirigentes de la primera línea de la entidad, supone cierta toma de distancia de la central en su relación de alineamiento total con la administración de Cristina Fernández, a la vez que evidencia un intento de Caló y compañía por recuperar la iniciativa sindical luego de la alianza sellada el viernes entre Hugo Moyano y Luis Barrionuevo para promocionar la unidad del movimiento obrero.
La determinación de la CGT oficial de avalar públicamente la incorporación en los próximos acuerdos salariales de una cláusula gatillo ajustable cada tres meses por la inflación fue definida luego de algunas conversaciones informales que referentes de la cúpula de la central mantuvieron entre el viernes y ayer. La intención es que el planteo quede formalizado en un documento que sería aprobado en la próxima reunión del consejo directivo de la central, prevista para antes de fin de mes.
Los profundos cuestionamientos de la dirigencia de la entidad al acuerdo de precios anunciado la semana pasada por el Gobierno potenciaron la decisión de la conducción cegetista de impulsar algún mecanismo conjunto que permita blindar los próximos aumentos salariales frente a la suba de precios, según quedó en evidencia en las charlas que compartieron dirigentes del sector en los últimos días. “Hay que buscar alguna alternativa ante la inflación. Nadie cree en el acuerdo de precios, no es un parámetro para nada”, afirmó un importante referente de la central de Caló. Y prometió: “Al salario lo van a defender todos, y en esto no hay ni duros ni blandos”, en clara alusión a las diferencias políticas que separan a los gremios de la entidad del sindicalismo opositor que encarnan Moyano y Barrionuevo.
La idea de incluir una garantía de ajuste por inflación en los convenios salariales ya comenzó a ser analizada informalmente en algunos sectores clave, como comercio y la industria metalúrgica. El apoyo oficial de la CGT a ese esquema funcionaría adicionalmente como una especie de paraguas de protección para aquellos gremios con menor poder de presión en la negociación con el sector empresario.
Cerca de Caló ni se esmeran por ocultar el creciente malestar interno con el Gobierno y desafían cualquier pretensión de imponer un techo a los salarios. “Te piden moderación, pero si no hacen nada con la inflación nadie estará moderado”, advirtió un dirigente rememorando el pedido que les transmitió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, un par de semanas atrás. “Qué ponga algo también el Gobierno si quiere evitar problemas”, exigió otro dirigente respecto al planteo que deslizaron algunos sindicalistas la semana pasada en el sentido de que Ejecutivo fije por decreto un suplemento salarial de entre $ 1.000 y $ 1.500 previo al arranque de las paritarias.
Si bien la mayoría de los dirigentes prefiere evitar hablar de números, admiten que a la luz de la fuerte suba de precios de los últimos dos meses difícilmente las demandas salariales se ubiquen por debajo del 30%. “Va a ser clave la negociación de los gremios docentes”, sostiene en el entorno de Caló y alertan sobre un escenario de creciente conflictividad a partir de marzo.
Fuente: Cronista.com