Chile: aprueban reforma que eleva impuestos a empresas

La Cámara de Diputados chilena aprobó el proyecto de ley que establece una reforma tributaria promovida por el gobierno, que sustancialmente eleva los impuestos a la empresas y baja la tasa máxima a la renta de las personas, para financiar cambios en la enseñanza pública del país.

Tras un debate que se prolongó por más de doce horas, los parlamentarios aprobaron la iniciativa por 72 votos a favor y 48 en contra.

Así, la mayoría de los diputados respaldó la iniciativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelet, quien señaló que “queremos asegurar que cada niño, niña y joven de nuestra patria tenga derecho a recibir educación de calidad”.

El proyecto fue aprobado en general pasada la medianoche en el Congreso por 72 votos a favor y 48 en contra, con los sufragios de los parlamentarios del pacto oficialista de centroizquierda, Nueva Mayoría, que tiene predominio en la Cámara baja.

La derecha opositora, que cuestionó duramente la iniciativa argumentado que impactará negativamente en el crecimiento del país, votó en bloque en contra del proyecto, salvo el diputado de Renovación Nacional Gaspar Rivas, que se unió a la opinión oficialista.

En tanto, ayer se realizó la votación detallada de los distintos artículos que considera la reforma, para iniciar luego su trámite legislativos en el Senado, donde el oficialismo también tiene mayoría.

Ernesto Silva, presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la derecha chilena, había anticipado que su colectividad rechazaría la reforma “porque le hace mal a la clase media y a los emprendedores de Chile”.

Las aprensiones de la derecha –que son compartidas por algunos gremios empresariales– fueron rebatidas por el gobierno, que insistió en que el alza progresiva del impuesto a las empresas de un 20 a un 25 por ciento en un plazo de cuatro años sólo impactará a la compañías de gran tamaño.

La reforma considera también la eliminación del FUT –un beneficio que permite a las compañías tributar sólo por las utilidades retiradas y no las efectivas– y la derogación de un estatuto que otorga un sistema impositivo especial a las inversiones extranjeras. Ambas normas, vigentes desde la década del ’80, como un incentivo a la inversión, fueron calificadas como “obsoletas” por el ministro de Hacienda, Alberto Arenas. Paralelamente, el proyecto de ley establece un recorte en la tasa máxima de los impuestos a las rentas de las personas desde un 40 a un 35 por ciento.

A través de estas modificaciones se pretende que el fisco recaude unos u$s8.200 millones adicionales, equivalentes a unos 3 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) chileno, para financiar cambios en el sistema de educación que mejoren su calidad y garanticen gratuidad en todos su niveles.

La cirugía mayor al sistema de enseñanza chileno es uno de los pilares de la administración de Bachelet y recoge una de las más extendidas demandas de la sociedad, expresadas desde 2011 en masivas movilizaciones estudiantiles. Tras la votación, Arenas señaló que “tenemos una muy buena noticia para todos los chilenos que quieren un país más justo e inclusivo”.

También agradeció, a nombre del gobierno, “el mayoritario respaldo desde el trabajo que se realizó en la Comisión de Hacienda en la sala, especialmente a todos los diputados de la Nueva Mayoría, a los independientes y a un diputado de la oposición”.

El paso siguiente a la aprobación en la Cámara de Diputados de ayer, será el debate en el Senado chileno, donde la coalición del gobierno de Michelle Bachelet, tiene una mayoría menos potente que en la Cámara baja.

Fuente:BAE