POLÍTICA

"Construyamos un país para todos"

En un discurso de 15 minutos por cadena nacional desde la Casa Rosada, la presidenta Cristina Kirchner revisó la historia, equiparó su papel con el de los próceres de Mayo y criticó al país del primer Centenario.

Cerró, así, los festejos del Bicentenario con un intento de capitalizar "la fiesta popular con el pueblo en las calles" y los "millones que han salido a festejar" para sumar adhesiones, además de "convocar a todos en estos 200 años a construir un país y una Nación para todos".

Por el contexto del acto, y por los próceres que evocó, emblemas del campo popular y de la izquierda, y por las entrelíneas de sus palabras, algunos interpretaban que ese "país para todos" debería ser conducido por el proyecto político del kirchnerismo. Lo dejó en claro en un párrafo autorreferencial. "Hoy nuestro proyecto político cumple siete años", celebró festiva, al recordar que su esposo, Néstor Kirchner, asumió el 25 de mayo de 2003.

"Yo quiero convocar en estos 200 años a todos los argentinos a construir un país en el cual todos podamos sentirnos parte de él, un proyecto estratégico que nos guíe como fue el que tuvieron los patriotas ese 25 de Mayo de 1810", dijo, en un paralelismo con su proyecto refundador.

Quizás este discurso fue la más clara señal de la intención del Gobierno de capitalizar los festejos patrios.

En Balcarce 50 confiaron a LA NACION que existe un intento de sacar rédito de la Operación Bicentenario -por el éxito de convocatoria en las calles- para sumar adhesiones de sectores medios con miras a las elecciones presidenciales de 2011, en las que el propio Kirchner quiere ser candidato.

La Presidenta apeló, además, a una malvinización de la fecha patria. "Hoy volvemos a hacer ese reclamo con firmeza y convicción por la discusión de soberanía por las islas Malvinas, en nuestros 200 años", exclamó ante los siete presidentes que participaron: Hugo Chávez (Venezuela), José Mujica (Uruguay), Sebastián Piñera (Chile), Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Evo Morales (Bolivia), entre cancilleres y embajadores extranjeros.

La sombra del Centenario

Fue lapidaria con los festejos del primer Centenario, de 1910. "Pese a quien le pese, nuestros pueblos están mucho mejor que hace 100 años", revisó la Presidenta. "El primer Centenario había sido llevado a cabo en un país en el que se había declarado el estado de sitio", dijo.

Esa crítica a los gobiernos conservadores le cayó a José Figueroa Alcorta, que gobernó hasta octubre de 1910. Autonomista y miembro de lo que el anarquismo y el socialismo llamaban la oligarquía conservadora, dictó el estado de sitio aquel 14 de mayo tras una oleada de huelgas del sindicalismo anarquista.

No todo estaba peor en 1910, según indicadores objetivos. La Argentina era la novena economía mundial por su producción agrícola-ganadera, sólo superada por Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Bélgica y Canadá.

Pero Cristina Kirchner no tuvo contemplaciones. "Era un país en el que los inmigrantes de la vieja Europa trajeron las ideas del viejo mundo, las nuevas ideas, anarquistas, socialistas", deslizó. "Y por querer parecernos a Europa habíamos traído como protagonista central de los festejos a un miembro de la Casa Real de España", lamentó.

En la planta baja de Balcarce 50, Cristina Kirchner dejó inaugurada la Galería de Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario, una colección de pinturas y gigantografías de próceres o simples caudillos mayormente íconos del arco popular, progresista o de la izquierda, que algunos podrían considerar sesgada: Juan Perón, Salvador Allende, Ernesto "Che" Guevara, Eva Perón, Juan Manuel de Rosas, Tupac Amaru, Pedro Murillo, José Martí, Farabundo Martí, Augusto Sandino y Omar Torrijos. También colgaron retratos de José de San Martín, Simón Bolívar, Manuel Belgrano, Francisco de Miranda, Antonio Sucre, Hipólito Yrigoyen, Getulio Vargas, Bernardo O´Higgins, Benito Juárez, Francisco Solano López, Pancho Villa, José Artigas, entre otros.

Del acto, sólo participaron invitados kirchneristas: ministros, gobernadores, representantes de organismos de derechos humanos, periodistas y legisladores. De la oposición sólo estaban los vicepresidentes de Diputados, Ricardo Alfonsín, y del Senado, Juan Carlos Marino, además del jefe del bloque de Pro, Federico Pinedo.

"Sabemos que el camino para nosotros es el mismo que tomaron San Martín, Bolívar, O´Higgins, Artigas y José Martí, y que antes lo habían llevado adelante os pueblos originarios, con mucha valentía", se equiparó la jefa del Estado. "Tenemos el mismo objetivo: que sus pueblos tengan más libertad, más igualdad", comparó la Presidenta. (La Nación)