ECONOMÍA

Durante los próximos años Argentina necesitará menos dólares para pagar deuda

La administración nacional precisará de 7000 millones de dólares para pagar vencimientos a acreedores privados durante los años 2013 y 2014 en conjunto, mientras que en 2012 desembolsará unos 6800 millones de dólares.

La necesidad de financiamiento en moneda extranjera para el pago de obligaciones tendrá un escenario mucho más holgado durante los próximos dos años. El perfil de vencimientos de la deuda pública en manos de privados (conocida como deuda neta en la jerga financiera) arrancará 2013 con una necesidad de U$S 4600 millones, cuestión que incluso llega a tomar mejor color en 2014, año en el que se estima que sólo se precisarán U$S 2400 millones. "La dinámica que tiene hoy la deuda establece un menor pago a privados, que permite cubrir los vencimientos fundamentalmente con reservas y tener un círculo muy virtuoso en términos de la sostenibilidad de la política financiera", indicaron a Tiempo Argentino fuentes del Ministerio de Economía nacional, a cargo de Hernán Lorenzino, responsable del seguimiento de la evolución de la deuda pública.

Según la consultora Econométrica, durante los próximos dos años se precisará la misma cantidad de dólares para el pago de deuda en moneda extranjera en manos de privados que durante 2012. En diciembre se habrán utilizado unos U$S 6800 millones en vencimientos, de los cuales U$S 4200 millones se explicarán por la última cuota del Boden 2012 y el pago del cupón PBI, mientras que entre 2013 y 2014, años en los que es probable que no se gatille el cupón del producto por un crecimiento más suave, la suma ascenderá a U$S 7000 millones en total.

En la cartera de Economía destacan además de que la deuda tiene tres factores que se deben destacar porque dan mayor margen de maniobra: el tipo de tenedor, la vida promedio de los títulos y la proporción que está nominada en moneda extranjera.

La estrategia de desendeudamiento oficial estableció que en la actualidad la participación de los acreedores privados sea baja porque más de la mitad de la deuda está en manos públicas. Además, el indicador de vida promedio de los títulos, que cuanto más prolongado mejor, se encuentra en 11,5 años, muy por encima de los 3,5 años de Europa, o los cinco de los mercados emergentes. Por último, el 40% de lo que se debe está en moneda doméstica, mientras que en los años noventa, la cifra ascendía al 90 por ciento.

El economista Enrique Dentice indicó que la perspectiva de un escenario caracterizado por una estructura de deuda mucho más amable para el país se complementa con la recuperación de factores que facilitan la utilización de recursos propios para el pago, cuestión que caracterizó el camino que ha tomado la administración gubernamental. Así, la mejora en las exportaciones granarias, el comercio bilateral con Brasil y la recaudación fiscal implican una muy buena noticia. "Todo lo positivo se deberá acompañar también con una observación de cerca al deslizamiento de los precios para que el tipo de cambio no se deteriore y afecte el comercio exterior", agregó Dentice como un costado al que se debe prestar atención.

El FMI quería un bono compulsivo para la Argentina en 2002

Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas durante la emisión del Boden 2012 que saldó la Argentina el viernes pasado al pagar la última cuota de U$S 2197 millones, reveló ayer que en el año 2002 el Fondo Monetario Internacional (FMI) buscaba que el país emitiera un bono compulsivo, pero que durante su gestión "lo principal era crear la bases para retomar la confianza".

En diálogo con un programa radial, Nielsen analizó el contexto en el que se encontraba el país en 2002 y las presiones que recibía, y apuntó que la experiencia le mostró que "si se quiere restablecer la confianza hay que olvidarse de las cosas compulsivas, las cosas deben ser voluntarias".

"En economía no se dan órdenes, no es un cuartel, la economía no tolera órdenes", definió. Además, agregó que está convencido de que la televisión fue la clave para que el público volviera a los bancos después de la crisis de 2001 y las consecuencias que tuvo está sobre los depósitos de los ciudadanos. "Que se vieran los rostros y la forma de responder nos ayudó a establecer una comunicación con la gente y la gente percibió que nosotros, como personas normales, estábamos tratando de hacer cosas normales. Nadie se sentía enviado de nadie", planteó para intentar desmentir que en aquel entonces se haya actuado bajo el mandato del poder económico.

"Nadie quiere acordarse de momentos tan difíciles, pero al momento que nos hicimos cargo, la devaluación ya había tenido lugar, los depósitos tenían una demanda infinita y todos querían sacar la plata. Entonces propusimos un bono para que la gente pudiera optar entre quedarse con el depósito reprogramado, congelado, o directamente hacerse de un bono en pesos o en dólares según el depósito que tuviera, y manejarse con ese bono a futuro. En realidad, hicimos una familia de bonos, lo pensamos concienzudamente", explico el ex funcionario.

El ex secretario de Finanzas planteó que lo fustra ver que "el camino que él empezó a recorrer se fue desdibujando al cabo de unos años, cuando abandonó el Ministrerio de Economía", pero sostuvo además que en la actualidad siente "una gran satisfacción por haber tenido la oportunidad de participar en la recuperación de la economía argentina".

Fuente: Tiempo Argentino