ECONOMÍA

Economistas de la Fundación Mediterránea advierten que gasto público le resta competitividad a la economía

El análisis presentado por los economistas de la Mediterránea revela que la política fiscal y monetaria generan distorsiones que golpean cada vez más a las exportaciones.

Gracias a las vías extraordinarias de financiamiento que el Estado se aseguró en los últimos años, el sector público argentino logró expandirse hasta un nivel sin precedentes: el gasto consolidado alcanzó en 2011 un nivel equivalente a 47% del PBI. Pero ese crecimiento no es gratuito, ya que además de generar distorsiones en la competitividad de la economía, subsiste un problema fiscal que amerita ser corregido para no crear presiones a futuro tanto dentro del Estado como en el sector privado.

Este diagnóstico fue presentado el viernes por los economistas del Ieral, el instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea, que cerraron el congreso con el que la entidad celebró su 35´ aniversario. Marcelo Capello, titular del Ieral y especialista en temas fiscales, fue quien se encargó de mostrar el crecimiento del aparato estatal, a un nivel que tampoco tiene precedentes en la región. En el decenio 2000-2010, nuestro país fue el que más incremento el gasto público total, en 10 puntos del PBI, seguido por Ecuador (8,5%), Brasil (5%) y México (4,9%).

Una particularidad de este contexto es lo que Capello denominó una tendencia “ochentosa”: aunque reconoció que el principal rubro es la previsión social, por el incremento de la cobertura jubilatoria y los numerosos planes de asistencia social, recuperaron peso en la estructura del gasto factores como energía y combustibles y transporte, en valores cercanos a 3% del PBI, por el peso que alcanzaron los subsidios a las tarifas públicas. Otro factor fue el incremento del empleo público, que entre 2008 y 2012 lo hizo a un nivel de 27%, mientras que en igual período el empleo en el sector privado se elevó 9%.

De acuerdo a los estudios del Ieral, la presión tributaria terminará el año en un nuevo nivel récord de 36,5%, en buena parte por el incremento de tributos provinciales. Gracias a este factor, el Estado consiguió apropiarse a través de los impuestos de más de la mitad del aumento del PBI que se generó entre 2002 y 2011.

El financiamiento de estas erogaciones hoy es cubierto, en buena medida, por el Banco Central, cuyos aportes llegan a 4,4% del PBI, al punto de que 48% de los activos del organismo monetario son adelantos transitorios al Tesoro, títulos públicos y letras recibidas como contraparte de los pagos de deuda. Sin esa contribución y la de la ANSeS, el resultado financiero (que en 2011 mostró una caída de 1,7%) podría mostrar un retroceso de 7,9%.

La deuda bruta del sector público nacional, también medida en porcentaje del PBI, se acercó a 42% el año pasado, un nivel que no está muy lejos del 37,6% observado en 1998. Lo que cambió es la moneda y la tenencia, ya que buena parte está en manos del Estado y menos de la mitad está en dólares. Esta circunstancia logra que haya muy baja probabilidad de incumplimiento, sumado al hecho de que los servicios del endeudamiento representarán en 2013 menos de 1% del PBI.

Uno de los problemas a futuro, según el análisis del Ieral, es la vulnerabilidad fiscal de varias provincias, generada en parte por la discrecionalidad con la que la Nación asigna buena parte de los recursos que reciben los distritos del interior. “Si bien se puede recuperar solvencia fiscal bajando los subsidios a empresas, que tienen un nivel equivalente a la asistencia que le da el Banco Central al Gobierno, la escasa competitividad, la fuerte presión tributaria y la inflación que dispara la emisión, hacen necesario pensar en bajar paulatinamente los impuestos distorsivos y el financiamiento no genuino”, remató Capello.

Gustavo Reyes, economista jefe del Ieral Córdoba, y Jorge Vasconcelos, vicepresidente del Ieral y responsable de la oficina en Buenos Aires, hicieron foco en la falta de consistencia que ofrece la actual política monetaria, por un lado, y en la necesidad de trabajar fuerte para reducir la inflación en dólares, convertida en uno de los principales obstáculos del crecimiento futuro.

“Del 2003 al 2012, 71% del aumento del PBI en dólares fue explicado por precios y solo el 29% restante por volumen”, reseñó Vasconcelos, quien mostró que el tipo de cambio local está en el límite. Los costos actuales de la industria están erosionando la competitividad de las exportaciones, sobre todo con Brasil, destino que recibe 40% de las ventas externas de manufacturas. Un dato revelador en este aspecto es la perdida de mercado de los bienes locales en el total de las importaciones del país vecino: pasó de cerca de 10% en 2003 a casi 6%en julio de 2012.

Fuente: Cronista.com