El Banco Central no piensa igual al Gobierno con respecto a la economía

La interminable pelea entre el Ministerio de Economía y el Banco Central por el Fondo del Bicentenario adquirió dimensión internacional, al provocar una discusión entre ambos en torno de la situación económica argentina.

En la preparación del informe que se girará en una semana al Grupo de los 20, el Banco Central formuló una serie de proyecciones que incluyen una caída del 3,9% del PBI, del 15,1% en la inversión y del consumo privado del 5,1% en 2009.

Las tres cifras están contenidas en un informe de trabajo sobre la estructura macroeconómica que servirá para la evaluación mutua de los países miembros del G-20, previa escala técnica en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los números están en sintonía con los estimados por la mayoría de las consultoras privadas.

También se menciona en ese informe una tasa de desocupación de 11,6%, bastante superior al 8,4% registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y elogiado pocos días atrás por la presidenta Cristina Kirchner.

Las cifras contrastan además con las del presupuesto 2010, que contienen un registro de 2009 de crecimiento del PBI de 0,5%, de 0,9% en el consumo y una caída de 8,9% en la inversión.

En cambio, casi hay convergencia en la estimación del crecimiento económico de este año: 2,4% frente al 2,5% calculado por Economía.

Esos números ya recibieron un portazo en Economía, donde se ratificó que sólo se enviarán las proyecciones contenidas en el presupuesto. En el BCRA aclaran que los números formaban parte de un ejercicio y que lo importante es lo que se dice sobre la política monetaria y financiera, donde se anticipa un alza importante del crédito al sector privado, pero una baja en la liquidez de los bancos.

La otra usina de información será la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que estima una recaudación de 353.724 millones de pesos.

Cerca del ministro de Economía, Amado Boudou, relativizaron la importancia de estas cifras del Central y las adjudicaron a parte de la disputa mantenida con el presidente del BCRA, Martín Redrado, en torno de las reservas (ver aparte).

El FMI analizará primero las cifras de cada país por separado y podrá objetar "eventuales inconsistencias", pero les dejará a los gobiernos la facultad de modificarlas o no. Por esta razón, en Economía no temen ninguna referencia a la controversia en torno de las cuestionadas cifras del Indec, que el Fondo menciona cada año desde 2007.

Por China y Brasil -y para alivio local- se logró que el FMI no juegue un rol clave en la evaluación del G-20 para determinar su estado de situación y fijar una agenda para aliviar el efecto de la crisis global.(La Nación)