El gobierno de Obama busca impedir que las empresas locales cambien su residencia fiscal
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, consideró “imperativo” que el Congreso de ese país apruebe una reforma tributaria y actúe para poner fin a las llamadas “inversiones fiscales”, por las que grandes compañías locales adquieren empresas extranjeras para trasladar su sede y pagar menos impuestos.
Éste es un procedimiento que viene utilizando un número creciente de empresas estadounidenses para beneficiarse de sistemas fiscales más favorables en jurisdicciones extranjeras.
Ante este panorama, Lew señaló que el Tesoro anunciará próximamente medidas para dificultar el recurso a estas estrategias.
De acuerdo con el secretario del Tesoro, “actualmente el sistema fiscal recompensa a las corporaciones cuando compran compañías extranjeras y después declaran su sede fiscal fuera de EE.UU”.
“No hay nada malo en las fusiones internacionales genuinas, el problema es que en muchas de ellas el cambio de residencia se realiza principalmente por propósitos fiscales, cuando en realidad la nueva entidad simplemente cambió su dirección”, explicó Lew.
El secretario advirtió además que “al renunciar a su ciudadanía pero permanecer aquí (en EE.UU.), estas empresas están erosionando la base impositiva corporativa en el país”.
Por este motivo, Lew aseguró que es necesario reformar el sistema fiscal para hacerlo más favorable a las empresas que se mantengan en territorio fiscal estadounidense. “Está claro que nuestro código impositivo se distorsionó cada vez más. Nuestro país es un lugar atractivo para hacer negocios a pesar de nuestro código fiscal”, remarcó el funcionario, al señalar que el país tiene “el tipo impositivo corporativo más alto del mundo desarrollado”. Aunque Lew no se refirió en concreto a ninguna compañía, todavía pesa en el ambiente el anuncio, hace un par de semanas, de la cadena de comida rápida Burger King, hasta ahora radicada en Miami, de adquirir la empresa canadiense de cafeterías Tim Hortons y radicar su sede fiscal al otro lado de la frontera. De este modo, Burger King pasaría de una tasa fiscal cercana al 35 % en Estados Unidos a pagar en Canadá un 15 por ciento. Adicionalmente, en los últimos meses varias empresas –como la de instrumental médico Medtronic y la de alimentación Chiquita–, adoptaron la misma estrategia y establecieron su sede fiscal en Irlanda tras sendas adquisiciones de empresas locales.
Según datos del Servicio de Investigación del Congreso, cerca de 50 compañías recurrieron a esta estratagema en la última década.
El secretario del Tesoro reconoció que “el ritmo de estos acuerdos se aceleró en los últimos meses, con cada vez más empresas a punto de completar estas acciones en diversos sectores”.
Las declaraciones de Lew se producen cuando los legisladores regresan al Congreso para retomar su actividad tras las vacaciones.
Por eso, Lew apeló al espíritu “bipartidista” y recordó que la primera legislación para tratar de frenar este tipo de movimientos fiscales se produjo en 2004 bajo la presidencia del republicano George W. Bush.
Los senadores demócratas Charles Schumer y Richard Durbin ya anunciaron que tienen previsto presentar este mes un proyecto de ley para reducir las ventajas fiscales que puedan obtener las compañías que trasladen su sede fuera de Estados Unidos.
El mes pasado, el propio presidente Barack Obama había solicitado cerrar la que describió como “una de las lagunas fiscales más injustas”, al referirse a este tema.
“Aunque las ganancias corporativas son más elevadas que nunca, un grupo pequeño pero creciente de grandes corporaciones están fugándose del país para evitar pagar impuestos”, había afirmado el mandatario.
Las empresas estadounidenses crearon casi 10 millones de empleos nuevos en los últimos 52 meses y la tasa de desempleo está en su nivel más bajo desde septiembre de 2008.
En este sentido, Obama insistió con que existe una tendencia que amenaza con “socavar” esos logros.
Fuente: BAE