El paro impactó en todo el país y gremios opositores advirtieron con lanzar nuevas protestas "si no hay respuesta"

El segundo paro del año convocado por las centrales sindicales opositoras paralizó ayer la actividad en casi todo el país, en una jornada en la que no circularon trenes, colectivos, subtes ni aviones, mientras organizaciones de izquierda levantaron piquetes en accesos a la Capital y en el conurbano bonaerense.

Los impulsores de la huelga, la CGT de Hugo Moyano y la de Luis Barrionuevo, junto con la CTA opositora de Pablo Miceli y gremios del transporte, advirtieron que no se quedarán "con los brazos cruzados" y amenazaron con lanzar nuevas medidas si el Gobierno no accede a los reclamos.

Sin medios de transporte, muchas personas quisieron trasladarse en sus vehículos particulares pero una decena de piquetes estratégicamente ubicados en accesos a la Capital y el conurbano impidió la libre circulación.

Pasado el mediodía, los manifestantes comenzaron a liberar los cortes de tránsito para luego concentrarse en la zona del Obelisco desde donde marcharon hasta el Ministerio de Trabajo, en la avenida Alem al 600, y allí realizaron una protesta. . Los motivos de la protesta .

Entre los motivos de la medida se encuentran el impuesto a las Ganancias, paritarias libres, un sueldo mínimo de 8.600 pesos y una jubilación no inferior a ese nivel, y contra la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad y la discriminación.

Las calles en la ciudad de Buenos Aires y la zona metropolitana tuvieron una imagen distinta a la habitual: sin transporte público sólo circularon autos particulares de quienes intentaban arribar a su lugar de trabajo.

Ninguna formación ferroviaria partió de las terminales y tampoco circularon subtes en las seis líneas que diariamente transportan a miles de usuarios en la Ciudad.

El Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery también estuvo paralizado por la medida de fuerza y en el aeropuerto internacional de Ezeiza sólo operaron lineas aéreas internacionales.

Las principales líneas aéreas afectadas en Ezeiza eran las estatales Aerolíneas Argentinas y Austral, y la firma de capitales chilenos LAN, mientras que operaron con cierta normalidad compañías extranjeras como Gol, TAM y Avianca.

Desde las entidades ligadas al comercio estimaron que los establecimientos perdieron ventas por alrededor de 1.000 millones de pesos.

Si bien los gremios docentes, de comercio y bancarios no adhirieron a la medida, la actividad en esos lugares fue prácticamente nula por la falta de transporte y los piquetes.

La medida de fuerza renovó el enfrentamiento entre las centrales obreras opositoras y el Gobierno que calificó la huelga de "política".

Cuando promediaba la jornada de paro de 24 horas, los máximos dirigentes sindicales ofrecieron una conferencia de prensa en la sede de la CGT de Moyano, donde manifestaron duras críticas contra el Gobierno y advirtieron con más huelgas y movilizaciones.

El primero en hablar fue el dueño de casa y al evaluar el paro, Moyano destacó que fue "contundente y tuvo una adhesión muy importante" y aprovechó para fustigar con dureza a la presidenta Cristina Kirchner, por haber dicho que la pobreza es del 5%.

El líder sindical afirmó que la adhesión mostró "la disconformidad" de los trabajadores con la política oficial y puso en duda que la Jefa de Estado tenga un alto nivel de imagen positiva.

A su turno, Micheli advirtió que si el Gobierno "no abre una instancia de diálogo" habrá más paros y movilizaciones y aseguró que los gremios no se van a "quedar de brazos cruzados".

También habló fue Barrionuevo, quien estuvo en el centro de las críticas desde el oficialismo por haber dicho que durante la dictadura había "más diálogo" que con el Gobierno actual.

En un intento por aclarar la situación, negó haber dicho que era quien tenía diálogo con los jefes militares y afirmó que junto con otros dirigentes fueron los que lograron que "se recuperara la democracia".

Por la mañana, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, calificó al paro de "político", mientras que el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, sostuvo que las centrales obreras pusieron en "prisión domiciliaria a millones de argentinos" y el titular de la cartera de Trabajo, Carlos Tomada, señaló que con la protesta "sólo ponen palos en la rueda".

La protesta también se sintió fuerte en el sector rural, con menor ingreso de camiones en Rosario, cierre de acopios y plantas procesadoras, y la venta de apenas 80 animales en el Mercado de Hacienda de Liniers, sin embarques de commodities agrícolas.

El paro tuvo un alto acatamiento también en el interior del país, donde la falta casi total de transporte afectó el resto de las actividades públicas y privadas.

La medida de fuerza en la mayoría de las provincias provocó que la jornada se viviera como un día feriado, sin recolección de residuos, funcionamiento parcial de escuelas y entidades públicas, y escasa circulación de taxis y remises que trataron de aprovechar la falta de colectivos.

La autopista Panamericana fue cortada por militantes de izquierda en el cruce con la ruta 202 y en el kilómetro 23,5, en la bifurcación con el Camino del Buen Ayre hacia el oeste y el camino Bancalari hacia el este, desde antes de las 5:00 de la mañana.

Manifestantes también cortaron el Puente Pueyrredón y se realizaron piquetes en el puente La Noria y en Corrientes y Callao, en Corrientes y Maipú y en las subidas a la autopista Buenos Aires-La Plata.

En el Acceso Oeste, el corte se produjo frente al Hospital Posadas desde las 7:00 y en la ciudad de La Plata, cortaron el tránsito a las 7:30 en la rotonda de la Autopista que conecta a esa ciudad con la Capital Federal.

En Córdoba, en tanto, los manifestantes se concentraron desde las 7:00 en el Puente Maipú; en Paraná hubo una concentración en Laurencena y Ramírez a las 7:30, con una marcha al túnel una hora más tarde.

Fuente: NA