El plan oficial de flexibilización laboral en el sector textil se traba por la resistencia del sector sindical

La reforma laboral eleva la sensación térmica entre los sindicatos. Más allá de que no están sorprendidos, los ejes que maneja el Gobierno para avanzar en vías legislativas - que son un secreto a voces- no es grato para ellos. El textil, uno de los sectores más castigados por el modelo económico, es el terreno de acción y, como anticipó BAE Negocios la semana pasada, el apellido Awada tiene preponderancia en la génesis del mismo. Parte esa raíz del protagonismo e incidencia de Daniel Awada cuñado del Presidente Mauricio Macri y dirigente de la Cámara de la Indumentaria con protagonismo cercano a la zona del conflicto de intereses.

La reducción del "costo laboral" es una definición que rechaza el movimiento obrero (ver aparte), vía baja de indemnizaciones, aguinaldos, reducción de jornada laboral y otras regularizaciones y son parte del entramado destinado al sector textil. "La pretensión del Gobierno de introducir cláusulas de flexibilización laboral mediante los convenios colectivos de trabajo es inconstitucional", expresó a este diario el laboralista, Héctor Recalde. "En este tipo de mesas de diálogo se busca avanzar ya sea respecto a la jornada de trabajo o a la protección contra el despido arbitrario mediante un fin de de cese laboral. Espero que le sirva este comentario", agregó.

La intención respecto de vacaciones es fijarlas de acuerdo al proceso productivo por parte de las patronales, el fraccionamiento del sueldo anual complementario en tres "incómodas" cuotas y jornada laboral de hasta medio día. De hecho algunas alternativas ya se concretaron en la práctica en 2018 y no solo en este rubro fabril.

Otro experto en materia de derecho laboral, Juan Pablo Chiesa, dio su opinión en una columna que reflejó la agencia Télam con enfoque a la prioridad de impulsar un plan de blanqueo laboral mediante una reforma "sin tocar las Ley de Contrato de Trabajo ni avasallar ningún derecho. El blanqueo laboral pretende beneficiar a los empleadores que regularicen a sus dependientes, alivianando el costo laboral y la presión fiscal en materia impositiva. A su vez, le reconoce al empleado no registrado, aportes y contribuciones de los periodos que trabajó en la clandestinidad". Esta postura es considerada por dirigentes sindicales como "más amable" que otras variantes que la administración Cambiemos barajó y baraja para aplicar cuanto antes respecto a trabajadores y empleadores.

Para Chiesa, el blanqueo laboral no trasciende por la modificación de las leyes laborales, pues la reforma laboral pasa por la flexibilización en materia de generar más empleo evitando el estrangulamiento de las empresas a la hora de contratar personal y significaría que las empresas puedan generar empleo genuino que no sea una carga impositiva y no las comprometa a un futuro de endeudamiento y problemas legales.

Fuente: BAE Negocios