El rojo primario fue de 0,2% del PBI en el primer trimestre
En marzo hubo un salto del rojo primario, aunque estuvo algo por debajo de lo esperado. Fue de 74.466 millones de pesos. Los subsidios energéticos para intentar contener la dinámica inflacionaria; la obra pública para tratar de dinamizar a la economía y el empleo; junto con el gasto en vacunas, fueron algunas de las claves que explicaron la suba en el gasto. Hubo un importante ajuste en jubilaciones y salarios de estatales. La principal explicación para el achicamiento del rojo, por el lado de los ingresos, fue la suba en las retenciones y los precios de los commodities.
Desde la Secretaría de Hacienda destacaron que el primer trimestre terminó en rojo financiero pero que fue el menor de los últimos seis años, gracias a la renegociación de la deuda, que permitió un ajuste en los intereses. El primer trimestre terminó con un resultado primario deficitario por 69.149 millones de pesos.
En cuanto al rojo total, es decir incluyendo los intereses de la deuda, fue de 184.408 millones en el primer trimestre del 2021. Se trata de un 0,5% del PBI, según los cálculos de Hacienda, lo que implica que el rojo primario es por ahora de un 0,2% del producto.
El economista de Ecolatina Joaquín Waldman señaló: “El comercio exterior impulsó los recursos tributarios, tal como veníamos viendo. El déficit observado no está fuera de lo esperado y se sigue manteniendo la meta de un déficit de 4,5% del PBI al finalizar el año”.
Aunque creció respecto al primer bimestre, por razones estacionales, la dinámica de los rojos primarios se achicó mucho, contra los niveles del 2020, de la mano del ajuste en el gasto que significó el fin del IFE y del ATP. A la vez, los ingresos tributarios crecieron 48,1% nominal, incluso al comparar la primera quincena de marzo del 2021 contra el mismo período del 2020 (es decir, antes de que se cayera la recaudación por el parate total del principio de la cuarentena en su versión más dura).
Representa una mejora de 3,8% real, de la mano particularmente de los derechos de exportación, impuesto que no es coparticipable y queda en su totalidad en el Tesoro. Teniendo en cuenta el efecto de la Fase 1 sobre los ingresos de marzo del año pasado, la mejora fue de 38,8% real.
Por el lado de los gastos, hubo ajuste en jubilaciones y en salarios estatales. Las prestaciones de la seguridad social crecieron 28%. En términos reales, con una inflación de 42,6% en el período, se trata de un ajuste de 10,2%.
En cuanto a los gastos de funcionamiento, se disparó la compra de bienes y servicios por parte del estado; una suba de 129% interanual, explicada en buena parte por la compra de vacunas para intentar frenar los contagios del Covid-19. Pero, a la par, se observó un importante ajuste en el pago de salarios públicos. Subieron apenas 21,4%, lo que implica una caída real de 14,8%. Así fue que, con la compra de bienes y servicios volando, y con los salarios por el suelo, los gastos de funcionamiento empataron con la inflación.
En donde sí hubo un esfuerzo por el lado del gasto para apuntalar a los bolsillos fue en los subsidios energéticos. Las tarifas son uno de los precios relativos clave, junto con el dólar, los combustibles y los salarios, a la hora de intentar domar a la inflación. Así fue que los subsidios económicos crecieron 56% interanual.
Además, hubo un incremento de 142,4% en la obra pública. Aumento similar se observa al comparar con marzo del 2019. Contra una inflación de 111,6% en esos dos años, se trata de un crecimiento de 14,4% real en el gasto de capital. El Gobierno apunta a dinamizar por esa vía a la actividad económica y al empleo, en año electoral.
Fuente: Diario BAE