INTERNACIONAL

Europa prepara un Plan Marshall de 200.000 millones de euros para poder reactivar al continente

La Unión Europea prepara su propio Plan Marshall para estimular el crecimiento de la economía de la región. La idea comenzó a tomar estado público el sábado, cuando la canciller alemana, Angela Merkel, anunció en una entrevista en el periódico germano Leipziger Volkszeitung que era favorable a la creación de una agenda del crecimiento de la región, aunque aclaró que debía hacerse en paralelo al desarrollo del pacto fiscal firmado en marzo por los 25 líderes europeo.

Luego, ayer, el periódico El País anticipó que el impulso económico se concretará en desarrollar infraestructuras, las energías renovables y las tecnologías de más valor agregado, citando a fuentes de Bruselas. Pero se hará con la intención de gastar lo mínimo posible. Por ello, la participación del sector privado será clave. España sería uno de los países que se beneficiaría de este plan de reactivación económica que prepara Bruselas y que se presentaría de forma oficial en la reunión de jefes de Estado y de gobierno de finales del mes de junio, conocida ya como la Cumbre del Crecimiento.

Esta fuerte inyección de dinero, “un gran plan de inversión en infraestructuras, energía verde y tecnologías avanzadas”, contaría con la participación del sector privado, según fuentes europeas citadas por el diario español, puesto que el objetivo es que no cueste dinero, o si no que cueste lo menos posible y que no aumente la deuda de los eurosocios.

Según El País, la rebelión contra el ajuste alemán ya tiene nombre: “Pacto por el Crecimiento”, o incluso “Agenda por el Crecimiento”, como la llamó el sábado la canciller Angela Merkel, que abraza ahora una de las ideas del candidato socialista a las presidenciales francesas, François Hollande: usar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) como palanca para acometer inversiones, crear empleo, crecer.

En la próxima cumbre, tras las elecciones francesas, la Comisión presentará un menú de opciones que pasa por capitalizar el BEI o recurrir a la ingeniería financiera para poder llevar a cabo proyectos por importe de unos 200.000 millones a través de avales, eurobonos para financiar inversiones o todo tipo de vehículos financieros sofisticados, o incluso con la creación de una agencia europea de infraestructuras.

En rigor, la Unión estudia dos opciones. La más inmediata es pedir dinero a los países para inyectar 10.000 millones en el BEI. Esa institución, creada hace más de medio siglo para financiar proyectos europeos, corre el peligro de perder la máxima nota de las agencias de calificación y está plegando velas a pesar de la preocupante recaída en la recesión: reduce sus préstamos y los otorga en duras condiciones para no perder la Triple A. En otras palabras, no ayuda cuando más se le necesita. Esa inyección de capital volvería a darle el colchón necesario, el aire suficiente para elevar su capacidad de préstamo hasta 60.000 millones este año (sin ese dinero fresco, tenía previsto una rebaja drástica de los préstamos que concede). Eso permitiría poner en marcha inversiones europeas por importe de 180.000 millones. Claro que ésa no es la opción más factible por la actual asfixia presupuestaria.

El sábado, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció la redacción de una “agenda del crecimiento” para la UE que deberá estar lista para la cumbre de jefes de Estado y gobierno de la UE el próximo mes de junio.

Entre otras medidas para fomentar el crecimiento en la UE, Merkel cita igualmente “reforzar las posibilidades del Banco Europeo de Inversiones”.

Fuente: Diario Bae